Nada se compara con esa sensación de regresar a casa del trabajo o la escuela, y que un animalito esté emocionado por tu llegada; esa emoción que reconforta después de un día ajetreado es el poder emocional que da tener una mascota.
Más allá de los perros y los gatos, hay opciones más exóticas, pero igual de agradables y de fácil manejo como los cuyos, roedores de tamaño mediano y con un maravilloso carácter.
Los cuyos, cobayos o cui, son roedores sudamericanos más pequeños que un conejo. Provenientes de la cordillera de los Andes (Perú, Bolivia, Chile y Argentina), estos pequeños viven entre cuatro y 10 años, miden entre 20 y 35 centímetros, y suelen pesar entre 500 gramos y 1.5 kilos.
Su aspecto es curioso; cada cui es único, son coloridos –existen hasta 10 colores básicos para un cuyo–, pueden tener el pelo corto, otros largo y desarreglado, o incluso a veces no tienen pelo; al igual que los gatos, los cobayos ronronean al ritmo de “cui,cui” cuando reciben caricias. Cuando están muy felices corren y saltan de un lado a otro.
Son animales gregarios, por lo que gustan de estar en manada y sincronizar sus ruiditos para llamar la atención. Los cui tienen una visión de 340 grados gracias a la posición lateral de sus ojos, requieren de pocos cuidados, ya que son extremadamente limpios; al igual que los gatos, ellos se acicalan y se limpian a sí mismos, por ello no es aconsejable bañarlos. Si requieren alguna limpieza extraordinaria, se pueden usar toallitas húmedas y si llegara a ser muy necesario que tomen un baño, es muy importante considerar que no se deben mojar las orejas ni las cabeza.
Lo que comen
En cuanto a su alimentación, para mantenerse fuerte, un cuyo necesita principalmente mucho heno, una especie particular de pasto seco que le sirve para rumiar constantemente, y así desgastar y mantener a raya sus colmillos, que se convierten en un problema grave de salud cuando crecen demasiado.
También requieren un bebedero especial con abundante agua limpia adicionada con vitamina C; una pequeña cantidad de vegetales frescos como zanahoria, hojas de rábano y espinaca –no diario, aunque les encanta–, además de un poco de alimento seco especial (en pellets).
Debido a su tamaño, necesita un hábitat grande con un sustrato especial capaz de absorber su orina, que puede ser vegetal, de madera prensada, maíz o papel reciclado. Las heces que produce en gran cantidad deben recogerse a diario; se aconseja cortar sus garras una vez al mes y, muy importante: si no quieres convertir tu casa en un criadero, debes separar a las hembras de los machos a partir de la tercera semana de edad.
Un cuyo, como cualquier mascota, es un compañero de vida, por ello es importante dedicar tiempo y esfuerzo a sus cuidados. Necesita atención médica especializada porque es una especie exótica.