A Adrián lo motiva enseñar a los niños sobre Dios, por eso este es el segundo año que representará a Jesucristo en el viacrucis viviente del barrio El Arbolito, en su edición número 55, el más antiguo de la ciudad de Pachuca.
“Me gusta que los niños se acerquen, tienen mucha confianza hacia mí, por eso he decidido que otra vez sea yo el que lleve la responsabilidad de ser Jesús en el viacrucis”, cuenta en el penúltimo ensayo de la representación.
Adrián Pérez Juárez tiene 23 años de edad, es originario del barrio El Arbolito, vive sobre la calle el Porvenir y trabaja en la construcción. Dice que se prepara espiritual y físicamente para representar a Jesucristo.
Espiritualmente se prepara con el grupo ‘Los amigos de Jesús’, encabezado por Eduardo Pichardo Monzalvo, quien enseña a los integrantes del viacrucis la palabra de Dios y la vida de Cristo en la tierra.
“Venimos a aprender sobre la palabra de Dios, yo lo hago por amor y él me enseña todo lo que tengo que saber”, dice el joven alto y delgado que se cubre del frío de la noche con una sudadera. Afuera del ensayo lo espera su novia.
-¿Cómo te sientes que vas a interpretar a Jesús por segunda ocasión?
-Me siento feliz, contento porque me han arropado todos los que van a participar, me siento protegido a la vez porque somos un gran equipo.
-¿Y qué te dice tu familia que vas a participar este año en el viacrucis
-Está feliz y a la vez preocupada por el recorrido, pero yo les digo que teniendo fe en Dios todo es posible y yo tengo mucha fe en Dios, estoy muy contento con mis amigos y ellos no me van a dejar solo.
Adrián no será el único de su familia que participará en el viacrucis del Arbolito. A su hermana le tocó interpretar a María, la madre de Cristo y su hermano será un soldado romano.
Este año el recorrido del viacrucis será de 5.5 kilómetros, en lugar de los cuatro kilómetros como en el 2023. Adrián recorrerá un kilómetro más. Corre por las mañanas cuatro kilómetros para estar bien físicamente.
El joven cuenta que este año el recorrido es mayor debido a las obras de remodelación de la calle Galeana, las cuales aún no concluyen y era el paso principal de la representación en años anteriores.
En el penúltimo ensayo, Adrián, en el personaje de Jesús, es entregado por Judas, detenido, enjuiciado injustamente, condenado y azotado. Carga la cruz, de 120 kilos, unos cuantos metros con azotes sobre su espalda.
-¿Es pesada la cruz?
-Sí, sí es pesada, a parte los golpes, el calor, sí es algo difícil, pero vamos a estar bien.
-¿Cómo te imaginas que será la representación?
-Vamos a impactar.
-¿Qué crees que será lo más difícil?
-Los azotes, siento que es lo más pesado de todo, los azotes.
-¿Por qué?
-Porque mojan el látigo y llega a pesar hasta dos o tres kilos y el golpe aumenta y es doloroso.
-¿Y la corona?
-Sigue igual, no le quitamos ninguna espina.
El pelo de Adrián es largo, como el de Cristo en sus últimos días en la tierra. Adrián dice que le costó dos años y medio tenerlo así. Reconoce que no estaba acostumbrado a llevarlo de esa forma. También tiene barba.
Han sido tres meses de ensayos durante las noches en el barrio. Adrián ha sentido nervios por la representación y el recorrido del viacrucis que es más largo este año. Aclara que está nervioso, pero con fe en Dios.
-¿Cómo te sientes a unas horas del viacrucis?
-Contento porque me he estado preparando más de tres meses que hemos venido a ensayar y ha llegado la hora de mostrarle a la gente por qué murió Jesús y por qué dio la vida por nosotros.
-¿Y no sientes miedo?
-Miedo no, ni preocupación, siento una alegría y que Dios va a estar conmigo y va a salir todo muy bien.
El ensayo finaliza. Los integrantes del viacrucis aplauden. Adrián se reúne con su novia. La media noche avanza, el frío arrecia y la luna llena ilumina el barrio de El Arbolito.