La guerra contra el huechicoleo en Guanajuato mantiene no solo una violencia elevada en las zonas ya conocidas como parte del triángulo dorado de este delito, sino también en un constante trabajo de supervisión por parte del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional en lo más de 832 kilómetros de ductos que tiene Petróleos Mexicanos en la entidad.
De este modo cada 12 horas los equipos de vigilancia y seguridad de Pemex detectan una perforación en ductos donde los delincuentes instalan tomas clandestinas para extraer combustible de manera ilegal.
MILENIO realizó un recorrido con una patrulla del Ejército en para detectar tomas clandestinas en donde Abisay Muñiz Flores, Teniente del Ejército Mexicano quien pertenece a la 16va Zona Militar, ubicada en la comunidad Sarabia en Villagrán, contó que los municipios con más descubrimientos de tomas clandestinas son Irapuato con 47, Apaseo el Alto con 28 y Silao con 26. “Todos de enero a marzo” al tiempo que muestra algunas de las herramientas que utilizan los huachicoleros para perforar los ductos.
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Muchas de estas herramientas son elaboradas de forma artesanal: “lo primero que hacen es soldar un cople y para eso usan el tapping machine, una herramienta que ellos crearon con tubos de metal para perforar los ductos.
Posteriormente nos muestra una suerte de pinzas gigantes de presión. “Una vez que sueltan el cople, lo encastran con el tapping machine. Luego agujerean el ducto, cierran la llave de paso, quitan el tapping machine, ponen la manguera y prácticamente está lista la toma”, dijo.
En promedio, los huachicoleros tardan 15 minutos en cargar una pipa, pues la presión con la que sale el combustible ilegal es alta.
Las tomas clandestinas se detectan con el sistema del flujo de cada ducto. “En Pemex verifican la presión y, si identifican un bajo nivel, notifican a la Defensa Nacional y acudimos al lugar”, contó el teniente Muñiz, cuya zona militar, asegura, cuenta con personal calificado para la localización de tomas ilegales.
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“Normalmente, para esconderse de nosotros, los criminales perforan ductos que pasan por tierras de cultivo y por áreas despobladas; lo hacen en las noches”, dice el teniente camino a un ducto que nos mostrará. “Cuando los huachicoleros perforan, para que no se note el resplandor de la soldadura, se cubren con una lona”.
Sin registro de explosión
Abrir una toma es muy riesgoso: un error en el proceso puede crear una explosión en el lugar.“Hay veces que no sueldan bien el acople que conduce al ducto y es cuando se fuga el hidrocarburo. Si alguien está fumando, se incendia todo el lugar”, dice el teniente cuando llegamos al ducto, ubicado en los límites de Guanajuato y Michoacán, ducto que ha sido perforado varias veces por los huachicoleros.
“Este lugar se presta para el robo de combustible porque el ducto está expuesto y porque está la autopista”, explica otro militar. “Acá no hay gente. Hay árboles que cubren a las pipas. Cargan y se van para el lado de Celaya”. También dice que cada 20 kilómetros hay una válvula y que es ahí donde los huachicoleros atacan más.
—¿Cómo clausuran un ducto afectado?
—Mantenimiento de Pemex sella las tomas clandestinas.Quitan la válvula, le ponen el capuchón, le echan resina por dentro y con eso se sellan.
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Tan sólo durante el primer trimestre de este año, la localización de tomas ilegales aumentó un 93 por ciento, según datos del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal, ubicando a la entidad en el tercer lugar nacional por detección de perforaciones a ductos detrás de Hidalgo y el Estado de México.
Las últimas cuatro tomas se detectaron apenas entre el 18 y el 24 de julio pasados. Una en el poblado de Refugio de Rivas, Pénjamo. Otra en La Luz de Orozco, Cortazar, donde también se localizó una cisterna con 18 mil litros de combustible. Y otras dos en la comunidad de Cárdenas, Salamanca. Estos tres municipios, sin embargo, no son los peores.
Decomiso
Si bien la localización de tomas ilegales ha aumentado, el huachicoleo no cesa en la zona de influencia de El Marro, líder de un grupo criminal que azota Guanajuato.
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La prueba de que no cesa es que durante el primer semestre del año, las autoridades han recuperado 700 mil litros de combustible robados, principalmente en la región Laja-Bajío. Los últimos 20 mil litros recuperados fueron encontrados en un camión en la comunidad Rincón de Centeno, Juventino Rosas.
“No es que esté creciendo el grupo criminal”, dice una fuente del sistema estatal de seguridad pública. “Es que el robo de hidrocarburos no paró. No hubo detenciones por parte de la federación. Cuando despertaron, seguían ahí”.
PCQG