El uso de las artes mágicas en beneficio o perjuicio de terceros no es un tema novedoso ni reciente, es una actividad recurrente a lo largo de la historia humana y pruebas sobran de ello, aunque sigue siendo tabú, “especialmente por las personas que se han empeñado en ver a la magia como charlatanería; habemos brujos, habemos quienes llevamos esta profesión con mucho orgullo y sí, ha habido un conflicto por ese tipo de gente”, afirma Samantha Guadalupe Islas.
Ella se define como una bruja elemental, una persona dedicada a la magia a través del trabajo con los elementos sagrados: tierra, fuego, aire, agua y espíritu. Además es la propietaria de “El Amuleto de la Bruja”, un emprendimiento iniciado hace dos años en el que ofrece a otros, especialmente a quienes se dedican a la misma actividad, toda clase de productos para que la desarrollen, aunque cualquier persona puede comprarlos sin mayor problema.
“Hemos venido saliendo un poco a hablar y a platicar y a que esto ya no se vea como un tema oculto tras la puerta; habemos muchas personas que el trabajar la magia nos ha permitido llevarla al alcance de muchas otras. En mi caso, lo he hecho a través de mis productos y del conocimiento que he venido adquiriendo y los dones que se han venido detonando y desarrollando en mi”.
Samantha tiene 24 años como bruja y, como emprendedora, como realizadora de esos productos, dos años; por cierto, el 90 por ciento de su mercancía es elaborada por ella.
Magia en tus manos
En “El Amuleto de la Bruja”, las personas interesadas pueden adquirir todo tipo de artículos relacionados con el tema.
Samantha dice que toda la línea de productos que maneja nacen con la necesidad de poder hallar algo que sirva a las personas, pero especifica que “como bruja de repente uno tiene que encontrar las cosas que te permitan tener mayor efectividad en lo que haces y por eso nace esta necesidad, que más que una artesanía es magia en tus manos; cada cosa y cada producto que yo tengo tiene esa función para poder conectar con mayor fuerza todas tus peticiones, por ejemplo, en el caso de las velas con el fuego sagrado”.
Uno de los artículos que más llama la atención en su negocio son las llamadas “bombas de bruja”, que es una mezcla de hierbas de monte, resinas, aceites y “muchas otras cositas” para que pueda funcionar.
“Las hierbas tienen la capacidad de absorber de nuestro cuerpo toda acumulación negativa, llámese brujería, llámese hechicería, llámese bloqueo, maldiciones, salaciones y demás, estas ‘bombas de bruja’ tienen la capacidad de absorber de nuestro cuerpo esa energía y a la hora que se queman el fuego sagrado rompe y destruye esa acumulación, entonces de nuestro emprendimiento es nuestro producto estrella”.
En el lugar también venden “velas brujas”, y cada una tiene una función, una misión desde el momento en que se adquiere con un fin específico: “intencionar es pedir, pedir a cada elemento que tiene esta vela, pedir permiso para que quien la encienda tenga la capacidad de conectar con fuerza todas sus peticiones: tenemos desde velas de abundancia, de amor, para sanar, para alejar enemigos, para regenerar nuestra energía, tenemos de todo”.
También cuentan con macerados, que tienen un tiempo de dos años y pico concentrándose; sales con intención; botellitas de bruja; sahumerios y “tenemos también todos nuestro productos de protección, tenemos nuestras llaves de Hecate (nombrada así por la diosa griega de la magia), tenemos nuestros espejos de obsidiana y manejo lo que es toda la joyería esotérica como protección también; tenemos nuestros calderos que no se encuentran en Pachuca y que yo mando a hacer”.
Acceso generalizado
En “El Amuleto de la Bruja”, las personas interesadas pueden adquirir todo tipo de artículos relacionados con el tema.
El producto esotérico comercial se puede encontrar en varias partes, dice, pero los materiales que como brujos les sean de utilidad hay pocos lugares como “El Amuleto de la bruja”.
La respuesta de la gente a este emprendimiento ha sido favorable, dice, “igual y solo les llama la atención, pero cuando les muestras y les enseñas para qué sirve el producto hay gente que se decide a intentarlo y otras que por curiosidad lo hacen”.
Compartir la experiencia de sus clientes le ha permitido seguir y asegura que es lo que buscaba: llegar a la gente, que tengan la oportunidad de tener esa conexión y sentir que hay respuesta que la gente recibe lo que pide.
Si a usted le interesan estos productos o una consulta con Samantha, no dude en contactarle a través de sus redes sociales, en particular Facebook e Instagram donde le encuentra como “El Amuleto de la Bruja”.