Estética Coco, más de 27 años en Pachuca, ayudando a quienes recién aprenden el oficio

Hace poco más de 27 años, un 13 de mayo, la señora María del Socorro Macías Fuentes decidió abrir una estética en el Centro Histórico de Pachuca, a unos pasos del mercado 1 de mayo, sobre la calle de Ocampo. Meses después de su apertura, le dio su primer empleo a Nancy Monzalvo, quien había estudiado y aprendido el oficio en una escuela ubicada entonces allá por la estación de Bomberos, en la calle No Me Olvides.

Cuatro o cinco años después de haber empezado en el mundo de la belleza y el corte de cabello, Nancy decidió probar suerte en otro lugar. A lo largo de su vida profesional ha tenido tres empleos y en los tres ha durado, dice con orgullo. Recuerda que estuvo en una primera fase aquí en estética “Coco” durante cuatro o cinco años, empezó a trabajar y a agarrar práctica en este negocio, luego se fue a otro y después se animó a poner su propia estética hace ya 17 años.

Doña Socorro no solo cortaba el cabello y colocaba tintes y demás inherencias propias de un negocio de este tipo, también se daba oportunidad para ayudar a las personas que recién salían de la escuela o querían aprender el oficio y les enseñaba, supervisaba sus avances y les aconsejaba para mejorar.

“A la dueña de esta estética la conocí y terminé casándome con su sobrino, entonces nunca dejó de ser de mi familia”, dice sonriente. Está a punto de cumplir 21 años de casada.

Doña Socorro, dice Nancy, era la mejor.

Hombres quisquillosos

Nancy Monzalvo Islas es originaria de Pachuca; tiene 46 años de vida y 30 de experiencia consecutivos en este asunto del arreglo y corte de cabello. Con el penoso deceso de doña Socorro, Nancy regresó para encargarse del negocio, un trabajo que le gusta y disfruta.

Recuerda que empezó hace 26 o 27 años a trabajar en este negocio con la dueña, la señora María del Socorro Macías Fuentes, quien falleció hace tres años y ahora son sus hijos los dueños de esta y una estética vecina que funciona desde hace 17 o 18 años.

Desempeña esta actividad cada día hasta las 3 de la tarde. Dice que antes abrían a partir de las 9 de la mañana a 8 de la noche con dos horas de comida, y ahora ya son dos turnos: en la mañana de 10 a 3 y en la tarde de 3 a 8. La segunda parte de su jornada laboral la dedica a tender su negocio allá en Pachuquilla. Desde que empezaron han estado en ese sitio.

“Casi todas las personas que trabajan en las estéticas de la zona, por el mercado primero de mayo, trabajan medio tiempo y luego tienen otro empleo incluso en otra cosa”.

Cuando empezó, recuerda, el corte de cabello costaba apenas 10 pesos y hoy el más económico está en 25 pesos “y ese es el gran atractivo del negocio, el corte es barato y de buena calidad, lo cual es el motivo también para que las otras estéticas sigan manteniendo sus aprecios accesibles”.

Dice que con el tiempo las cosas han cambiado que “antes la clientela más difícil eran las mujeres, ahora en la actualidad son los hombres porque son más quisquillosos y antes era ellas eran las más exigentes”.

Nancy detalla que como en todo negocio se han encontrado con clientes difíciles o que le cambian el nombre a los cortes; por ejemplo, el que todos conocíamos como “casquete corto” hay quien ha llegado a pedirlo como “oscurito” y “cuando les pedimos que nos expliquen cómo es lo que quieren se van o piensan que por lo barato que cobramos no sabemos”.

Sobre el trabajo diario

En la estética hacen cortes de cabello y aplicación de tintes, decoloraciones, hacen rayos y luces, también peinan y maquillan novias y quinceañeras, balayage (un proceso de entintado del cabello por el que el tinte se acentúa más en las puntas) y todo lo relacionado con estos temas, excepto uñas.

“No se me hace ningún corte difícil, en la práctica ya nada es complicado, solo con verlo puedo hacerlo, yo creo que cuando empezamos es cuando se nos hacen más difíciles todos los cortes”.

Atienden en promedio al día entre 30 y 40 personas y la mejor época para el negocio es Navidad y también el Día de las madres, mientras las malas son las fechas cercanas al Día de Muertos “porque todo mundo guarda dinero para sus muertitos o prefieren irse a la feria”, y también la Semana Santa porque todo mundo sale de viaje.

Y sí, ha tenido que atender a clientes de otras regiones del país e incluso del extranjero, pues ha atendido a personas de origen cubano, venezolano, colombiano y hondureño. La mayoría regresan, por eso tienen clientes de años. “Por ejemplo, hay una señora que venía hace 20 y tantos años a cortarse el cabello y sigue, me tocó atenderla entonces y lo sigo haciendo ahora. Me sorprende ver a las mismas personas de ese tiempo y siguen viniendo, por algo será”.

La afirmación es secundada por Erika Xóchitl Castañeda, de 20 años, quien es una de las empleadas del lugar.

Historias del negocio

Poner una estética puede resultar algo costoso, dice, “se requiere una inversión de entre 20 y 30 mil pesos, sin contar los costos de capacitación y aprendizaje, especialmente por el material que piden y las máquinas y los productos de belleza, que son caros. Podría pensarse que solo se adquieren una vez y ya, pero las máquinas tienen una vida útil y hay que darles mantenimiento, a veces renovarlas o arreglarlas si se descomponen y eso cuesta”.

Una anécdota que recuerda es que al mes de que la señora Socorro falleció alguien se llevó su imagen de San Judas Tadeo que le acompañó desde el inicio del negocio; “ella era muy devota y cada 28 ella iba a la iglesia de San Judas a escuchar misa (…); ella ayudaba a muchas chicas que iban saliendo de las escuelas, ella siempre trató de ayudarlas para que se especializarán y que aprendieran más aquí”.

De alguna forma Nancy ha seguido con ese tema, porque cuando llega alguna chica que no sabe o no tiene experiencia se encarga de irle enseñando “las tratamos de apoyar en eso todavía, pero pues nunca va a ser igual porque esa era especialidad de la señora Coco”.