Alejandro, su esposa e hija de cuatro años dormían en una combi antes del refugio invernal

Historia

De vivir en las calles de Pachuca, ahora tienen un techo al menos por unas horas, la familia siente un hogar en el refugio invernal

Refugio invernal de Pachuca. (Jorge Sánchez)
Alejandro Reyes
Pachuca /

Alejandro es alto y delgado. Vive en la calle con su esposa y su pequeña hija de cuatro años. Los últimos días los han pasado en refugio invernal de Pachuca, la pequeña familia tiene un techo por unas horas.

“Tiene unos cuatro días que venimos”, dice el joven, en ese poco tiempo siente el refugio como un hogar tras convivir con el resto de las personas que también están en situación de calle con él.

En el refugio Alejandro, su esposa y su hija reciben una cena, cama y cobijas para pasar la noche y al siguiente día, antes de volver a la calle, les ofrecen de desayunar para llevar algo a su estómago.

“Las personas que están aquí son muy agradables, las personas que te dan de comer igual, te preguntan si todo está bien, si gustas más, hasta eso no limitan la comida”, cuenta el joven de 24 años.

El refugio invernal, implementado por el Ayuntamiento de Pachuca, abrió sus puertas el pasado 28 de noviembre en la colonia Morelos frente a la gasolinera Dos Caminos y permanecerá así hasta el 28 de febrero del próximo año en atención a las personas en situación de calle de la capital del estado ante los fríos de la temporada invernal.

Alejandro dice que vive en situación de calle por una cuestión personal, su familia no acepta su relación con su esposa y tomó la calle. Ella, al igual que él es joven, delgada y de estatura media.

“Al final de cuentas sí tengo a donde llegar pero el detalle es ya con mi pareja, yo estoy con ella, con mi hija y es como todo, poco a poco, se tiene que batallar un poco para salir adelante”, dice.

Alejandro cuenta en el refugio no pasa frío y que si lo llegan a sentir solo piden más cobijas al encargado y se las dan sin problema. Duermen juntos los tres, él, su esposa y su hija.

En el lugar se les da de cenar a las personas, un desayuno y se les permite dormir. Hay camas individuales, cobijas, espacios para aislamiento, para familiares y mujeres además de un par de baños.

-Y en el día antes de llegar al refugio ¿qué haces?

-Ando afuera del Seguro Social, ando gritando ahí en las combis.

-¿Y tu esposa?

-Mi señora trabaja con una persona en casa, le ayuda a hacer limpieza y todo.

Alejandro no piensa estar todo el tiempo en situación de calle. Dice que entre él y su esposa juntarán el dinero suficiente para pagar una renta en algún sitio y darle un techo a su hija.

-Antes del refugio ¿dónde se quedaban?

-Yo trabajaba en el transporte público y ahí era donde nos quedábamos, en una combi.

-¿Y cómo es la atención en el refugio?

-Es muy agradable, está bien, el encargado Isaías hace que te sientas a gusto.

La hija de Alejandro, Beily, corre en la entrada del refugio con una sonrisa en los labios y luego va hacia sus padres, la miran y le sonríen. Se aferra a las piernas de su mamá. La familia de Alejandro crecerá en unos meses, su esposa está embarazada, esperan a su segundo hijo.

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