Hecha a base de más de 800 toneladas de cantera rosa y con más de 82 años de historia, el monumento de 'El Pipila' en Guanajuato Capital, es una de las obras más emblemáticas de esta ciudad patrimonio de la humanidad.
La estatua, levantada para reconocer la labor de los mineros en el movimiento de independencia, es la representación de Juan José de los Reyes Martínez, quien tuvo una decidida participación en la primera gran batalla que registró Guanajuato el 28 de septiembre de 1910, al usar a manera de escudo una losa que le permitió incendiar la puerta de la Alhóndiga de Granaditas y así abrir paso al ejército Insurgente, dando la victoria a la causa independentista.
Aunque fue el gobernador Luis I. Rodríguez quien recibió la iniciativa del monumento por parte de un grupo de ciudadanos, sería hasta el mandato del gobernador Rafael Rangel cuando en septiembre de 1939 se iniciaron los trabajos correspondientes.
"Es un diseño de Fernando Olaguíbel, un gran escultor nacido en Guanajuato, autor de la Diana Cazadora en Ciudad de México, quien tuvo una colaboración estrecha con el ingenioso constructor Agustín Gutiérrez Ocampo que había diseñado un sistema para construir monumentos de gran formato, una técnica parecida a la de los sastres dónde hace primero un pequeño molde de lo que va a ser el monumento y luego va replicando esos moldes a mayor tamaño" narra José Eduardo Vidaurri, cronista de la ciudad de Guanajuato.
Se estima, fueron más de mil personas las que participaron en la construcción del monumento erigido en cantera rosa, extraída de los bancos de cantera ubicados a un costado del cerro de los picachos en la capital.
"Implica entonces un trabajo muy complejo el arrebatarle a la montaña la piedra, traerla a este sitio con un ejército de canteros que bajo la dirección del ingeniero Gutiérrez Ocampo van a ir dándole forma a cada una de las piedras, para luego colocarlas a manera de un gran rompecabezas y erigir la figura en piedra de este personaje, Juan José de los Reyes Martinez, 'El Pipila'",agregó .
Cabe destacar que el Cerro de San Miguel dónde hoy se encumbra este monumento, era sede de la llamada 'Cruz del Humilladero' dónde se batían en duelo a muerte aquellos que tenían problemas por amores. Fue casi cinco meses después de que inició su construcción, que en tiempo récord el monumento fue inaugurado.
"El monumento al Pipila se inauguró el 5 de febrero de 1940 en el marco del aniversario de la Constitución y con presencia de los pocos constitucionalistas de 1917 que aún quedaban vivos. En esa ceremonia participó un coro de 500 voces que dirigieron los profesores de música de nuestra ciudad, dónde interpretaron el himno a Guanajuato",agrega el cronista de la ciudad.
Con más de 25 metros de altura desde la base hasta la punta más alta de su antorcha, de los cuales 16 corresponden a la figura del Pipila, este monumento es punto obligado de visita y una de las postales icónicas de la ciudad. Todo aquel que llega a este mirador, puede leer en la base de 'El Pipila' la siguiente frase; "Aún hay otras alhóndigas por incendiar" haciendo referencia a qué el fin de la guerra de independencia no lo fue todo, pues la construcción de una nación implica una labor cotidiana con retos del día.
SEMY