A más de 50 kilómetros del entronque a la Cola de Caballo, se ubican en la Sierra de Santiago las comunidades Mesa del Oso, el Hondable y Lagunillas, en donde el incendio avanzó con fuerza la madrugada y la mañana del miércoles.
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Aunque en esos ejidos sólo habitan 12 familias, los pobladores vivieron momentos de angustia y temor, al observar que las llamas de más de cinco metros de altura se acercaban a sus viviendas.
Doña Toñita y Don Mario, habitan en esa comunidad desde 1975. A lo largo del tiempo, sus árboles frutales los han impulsado a salir adelante, pero con este incendio, estuvieron a punto de perder su principal vía de ingresos económicos.
"Yo pensaba que nos íbamos a quemar anoche (la madrugada del miércoles). Yo lo único que hacía era gritarle a mi Dios y pedirle que nos salvara nuestras vidas. Yo me asusté y mi esposo también, no sabíamos ni para dónde correr, estábamos entre si acercarnos para echarle agua al fuego o alejarnos y no poner en riesgo nuestras vidas.
"Afortunadamente no pasó a mayores y hoy estamos con vida. No dormimos en toda la noche por estar viendo como avanzaba el incendio y qué tan cerca estaba de nuestra casita", relató María Antonia Beltrán, o "Doña Toñita", como es conocida.
"Yo andaba limpiando aquí afuera de la casa, viendo cómo estaban mis árboles cuando de repente vi que se comenzó a hacer mucho humo y fue ahí donde vi las llamas que estaban subiendo a las copas de los árboles
"Ahí fue donde dije 'ya valimos' porque se va a trepar el fuego por los árboles y nos va a llegar a la casa por el viento fuerte que hacía", agregó su esposo Mario González.
Durante la madrugada del miércoles, la comunidad de Mesa del Oso ardió en llamas, pero afortunadamente no hubo daños materiales, más que un tronco de una cabaña de renta.
"Como eso de las 3:00 horas (del miércoles) se puso bien intenso el aire, ahí empezó lo mero bueno. La flama venía por encima de los árboles, yo creo que a unos seis metros y fue ahí que alcanzó una parte pequeña de la cabaña, pero afortunadamente ahí quedó.
"Ya cuando se apagó el fuego, vine a echarle agua con líquido retardante para que no se propagara y no se nos quemara", señaló Jorge Beltrán, de un negocio de renta de cabañas.
El director de Protección Civil estatal, Erik Cavazos, detalló que las rachas de viento superiores a 70 km/h provocan que en cualquier momento se propague el fuego, por lo que los elementos de la corporación liquidan con tierra las zonas de calor que ya se consumieron.
"Estos últimos días hemos tenido en contra el viento. Todo lo que habíamos trabajado el martes con las aeronaves y de manera terrestre sirvió mucho, pero tuvimos un retroceso con un par de horas de viento que superaron hasta los 110 km/h.
"Seguimos trabajando para tener más control y más liquidación de este incendio, que en los siguientes días debe de estar extinguido", afirmó en entrevista.
Al cierre de la jornada, se tiene una afectación de mil 500 hectáreas de la Sierra de Santiago, con un porcentaje de control del 47 por ciento y liquidación del 35 por ciento.