María Guadalupe Hernández Ávila y su esposo, José Luis Suárez, decidieron salir de trabajar de la administración pública para emprender su negocio, así que probaron con helados y de inicio, lo hicieron a la forma tradicional con barriles, los dieron a probar a la familia y tras la aprobación y el ánimo, un 15 de febrero, de hace 14 años, empezaron a vender sus helados y se creó Yala Helados.
Después de este tiempo, y al ver que su producto era del gusto del público, realizaron una línea de sabores especiales provenientes de cada uno de los geositios que forman la Comarca Minera, así que se dieron a la tarea de investigar los sabores que identificaban a cada uno de los mismos.
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“Hay sabores que son característicos de algunos municipios y tenemos un proyecto, en el que seguimos trabajando, pero que son parte de los sabores de los geoparques de nuestra Comarca Minera.
Por ejemplo, el de Epazoyucan, en donde se encuentra el Tuzoofari es un helado realizado con galleta de animalitos; el de Atotonilco es de Requintada, una bebida realizada con ajenjo, anís, menta y aguardiente, también tienen el helado con sabor cocol con nata, de cajeta o queso, y tenemos el de la mole de guajolote”, explicó.
Así también, el sabor de Huasca de Ocampo es el helado de Naranjate que es una bebida típica de este Pueblo Mágico realizado con jugo de naranja, vainilla, miel de abeja, y alcohol de caña; el de Real del Monte es el Nevado Real que es de paste de arroz con leche, “y tenemos el de Mineral de El Chico, que es un helado sabor tachuela, una bebida realizada con destilado de melaza, hierbas, frutas, pasas y una combinación secreta de quienes lo preparan, obvio trae una galleta María para adornar.
“Poco a poco hemos tratado de innovar sabores y también ocupando lo tradicional de estos municipios que forman parte de la Comarca Minera, como lo es también Omitlán para el cual realizamos el helado de cahuiche, y el de Acaxochitlán con su fruto característico, acachu”, detalló Lupita, como la conocen en Atotonilco, de donde es originaria.
Con gran entusiasmo, Lupita señala que este proyecto es la mejor decisión que ha tomado como familia, ya que “no sólo vendemos helados, sino son sentimientos y emociones, porque amamos lo que hacemos y pensamos en cada detalle para seguir elaborando nuestros productos.
“Pero también tenemos una paleta en honor a Huasca de Ocampo y a sus Prismas Basálticos y se trata de una paleta oscura en forma de prisma, aunque aún nos falta trabajar, por ejemplo, en Pachuca porque no hemos encontrado un platillo único que lo caracterice”, dice, no sin antes señalar que, gracias a Yala Helados han logrado sacar adelante a sus hijos, además de “cubrir los gastos del día, tenemos tanto que agradecer que esperamos siempre que sigan gustando nuestros helados, nuestros sabores que son único y que, además de venderse en Atotonilco, también tenemos un puesto en Huasca y la gente nos puede llamar para ser parte de sus eventos sociales como XV Años, Bautizos, en cualquier ocasión especial, ahí estaremos y nos pueden contactar a través de las redes sociales con nuestra marca, Yala Helados”, concluyó.
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