El señor Sergio y la señora Margarita celebran el día del abuelo en familia

El señor Sergio García y la señora Margarita García son abuelos consentidores y han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos

El señor Sergio y la señora Margarita señalan que ser abuelos es lo máximo (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca; Hidalgo /

Son las 8:00 de la mañana y el señor Sergio García y su esposa, la señora Margarita García no saben que este domingo 28 de agosto es el Día de los abuelos, pero ambos están atentos al partido de fútbol en el que juegan dos de sus hijos, mientras que sus nietos también disfrutan la disputa por el balón en el deportivo Revolución.

Tienen tres nietos a los cuales disfrutan diariamente, y señalan que “ser abuelos es lo máximo” y agradecen a la vida poder disfrutarlos, conocerlos e ir viendo cómo crecen en el día a día y consentir a sus tres nietos varones que tienen hasta el momento.

“Siempre lo he dicho que ser abuelo es lo máximo, es la etapa que pocas personas viven y además, en una etapa en la que uno puede consentirlos, es diferente que como cuando uno educa a sus hijos, porque uno los regaña más, porque cuando son nietos los que deben de llamarles la atención son sus papás”, señala el señor Sergio.

Diego García tiene 12 años, y mientras habla su abuelito de lo mucho que consciente a sus nietos, sonríe, porque sabe que es verdad, y asegura que le gusta convivir con su abuelo porque le enseña muchas cosas.

“Mis abuelitos me consienten mucho, aunque también me llega a regañar cuando no me porto tan bien, me enseña a trabajar y a mí me gusta acompañarlo cuando labora, sobre todo cuando hace algunos trabajos de plomería, me enseña las medidas de los tubos y demás”, relata Diego.

La señora Margarita observa a su esposo y a su nieto, y su mirada se ilumina cuando ve a Diego sonreír, “porque la verdad es que sí los consiento a los tres, y para mí todos son iguales y no porque Diego haya sido el primero, es el más consentido, a los tres los quiero por igual y es bonito ser abuela”, indica.

Pese a que este domingo amaneció nublado, toda la familia asistió al partido y lograron que no trajeran sus celulares, sobre todo Diego, ya que aseguran que, ante estos cambios en la forma de divertirse, las y los niños se aferran al celular, situación que muchas veces les gustaría que se controlara más, pero es imposible.

“Sí es difícil un poco entender a estar nuevas generaciones porque es diferente a cómo nos educaron a nosotros, porque ellos quieren andar más libres y está mal, porque con toda la situación que vivimos es más complicado.
 Ahora que están pegados a los celulares les digo que sí sirve de mucho por la información que pueden encontrar, pero también les pedimos que lo dejen por un momento para que convivan, que se enfoquen en otras cosas”, señala la señora Margarita.

Por su parte, el abuelo Sergio señala que a él sí le molesta el uso del celular en su casa, “porque hacen mal uso de los teléfonos, solo quieren estar ahí jugando, por lo que siempre los empujamos a que hagan algo interactivo, algo que les ayuda, pero no, lo que buscan son juegos”, expone.

Así, mientras disfrutan del partido, de la mañana, “sabemos que somos bendecidos de poder disfrutar esta etapa de abuelo, porque no todos tienen esa oportunidad”, concluye.

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