El centro de Tulancingo despertó a las 7:00 de la mañana con campanadas con las que llamó a las personas a acudir a la Catedral, en donde Monseñor Domingo Díaz Martínez, arzobispo de Tulancingo, inició el tradicional Viacrucis con el que se vive esta época de reflexión sobre la importancia que tiene en la religión católica la Semana Santa.
En la colonia Cubitos, a esa misma hora, los más de 80 actores que formaron parte de la escenificación del proceso de Crucifixión de Jesús, preparaban sus vestuarios para hacer lo propio.
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Primera Estación
Pocos minutos después de las 8:00 de la mañana, un aproximado de 600 feligreses iniciaron su camino saliendo de la Catedral para llegar a la avenida Miguel Hidalgo y la primera estación "Jesús es condenado a muerte", ahí la reflexión de Díaz Martínez fue la condenación de Jesús por mentiras, "y esto sucede aún, en las cárceles hay personas que están pagando una culpa siendo que son inocentes, pero fueron condenados por puras mentiras y hay muchas en México.
"Los que seguimos a Jesús no debemos de ser mentirosos porque quien miente genera violencia y tormento, así como sufrimiento al Señor Jesús", dijo durante su mensaje.
En Cubitos, Jesús Hinojosa, quien ha representado a Jesús de Nazareth por seis años, en esta mañana decidió dar gracias frente al espejo por darle la oportunidad de ser parte de esta tradición que lo llevó a realizar un sueño de infancia.
La carga
Pasadas las siguientes estaciones, en Tulancingo, un grupo de mujeres cargaba con pasión, pero también con esfuerzo, la imagen de la Virgen, madre de Jesús que, en un momento de no coordinación para alzar el soporte que la llevaba cargando, estuvo a punto de voltearse y caer; los cantos religiosos que se escuchaban al paso de la procesión se cambiaron por un grito de susto entre las y los asistentes que vieron de cerca la inclinación de la Virgen, pero que, afortunadamente, no pasó a mayores ya que la imagen estaba bien sujeta al soporte.
La Cruz de madera que ocuparon en Cubitos, que celebra 52 años de realizar este tradicional Viacrucis, fue cargada por dos hombres disfrazados de romanos; cien kilos que cargó Jesús Hinojosa, ayudado por Marcos Bautista Nájera, quién lleva 34 años participando de forma ininterrumpida en el Viacrucis de Cubitos, y 27 con el personaje de Simón de Cirene, quien ayuda a cargar la Cruz a Jesús, durante su recorrido hacia el cerro donde es crucificado.
La Reflexión
En casa estación, Díaz Martínez ofrecía la lectura de cada una de las catorce estaciones que conforman el Viacrucis, así como la reflexión y el sentir de cada una de ellas. La verdad, el amor por Jesús, la conexión con el Espíritu Santo y el ser mejores seres humanos como pago de la muerte de Jesús en la Cruz, el mensaje principal.
En Cubitos, las escenas fueron más reales, ya que cada uno representó con su mejor actuación lo que relata la Biblia, logrando que niñas, niños y adolescentes, así como adultos, observaran con ojos abiertos los latigazos y el maltrato actuado que padeció Jesús previo a su muerte.
En Tulancingo, la mayoría de las y los presentes eran adultos y adultos mayores; en Cubitos, niñas y niños jugaban en las canchas después de ser observadores de este evento religioso que año con año va convirtiéndose en una tradición más apegada a Pachuca, a Tulancingo, a los hidalguenses.
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