Braulia Leona Rodríguez es una hidalguense noble, sonriente y con olor a cacao. Mientras realiza el descascarillado de las semillas, ve en sus manos un puñado de éstas y sabe que no sólo le gusta el aroma y el sabor de este producto natural que crece en el país y que trae consigo toda la historia de México, de Sudamérica; sino también su propia historia.
Ella es ingeniera agrónoma de la Universidad de Chapingo y como buena formadora, estuvo trabajando con productores de cacao de Oaxaca y Tabasco, así que, después de enamorarse de este fruto, en 2018 inició los trabajos de experimentación para realizar una marca que no tuviera azúcar y fuera endulzado con productos naturales y volver a la raíz de su origen.
“El cacao es mi medicina y ahora esta medicina la comparto. Empecé a trabajar con éste desde 2018, después de una ceremonia de cacao que hice en la que sé que sané heridas de la infancia y la adolescencia, y además descubrí que tener las semillas es mis manos es encontrar la historia de la humanidad y de México, porque es en nuestro país en donde tiene su origen.
Más allá de las historias que hay detrás del cacao, en las que los españoles explotaron a mujeres, niñas y niños, hombres, es reconocer que venimos de un pueblo fuerte, que nos gusta salir adelante y de sacar fuerza que viene de nuestros ancestros”, platica, mientras Braulia sigue descascarillando las semillas.