Juan regala atole y tamales en agradecimiento a la Virgen Morena por tener a su esposa viva

Desde hace 10 años, excepto los dos de pandemia, que regala alimento a peregrinos que llegan a La Villita

Juan asegura que cada año agradece que su esposa esté bien (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca; Hidalgo /

Son las 7:30 de la mañana, y dos hombres bien abrigados, Juan Arturo y Baldomero Badillo Alfaro, colocan una mesa con mantel para acomodar platos y vasos desechables que apilan a un lado de las ollas de tamales y atole de chocolate que repartieron de forma gratuita a peregrinos que llegaban a la Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe, o mejor conocida como La Villita.

Esta acción la realizan cada año, desde hace una década, como agradecimiento a la Virgen de Guadalupe en su día, por haber salvado a su mujer que tuvo una operación a corazón abierto hace 10 años.

“A mi esposa la operaron del corazón, le pusieron una válvula mitral, una de las cuatro válvulas que requiere el corazón para mantener el flujo sanguíneo en la dirección correcta, por lo que le prometí a la Virgen de Guadalupe que, si todo salía bien en la operación, estaría cada año aquí, en su casa.
Primero repartí litografías de la Virgen, desde el significado que tiene cada uno de los símbolos que la envuelve, pero solo fueron los dos primeros años, ya después mejor elegí la repartición de atole y tamales para los peregrinos, así como para alguna persona que acuda a La Villita”, indicó Juan Arturo.

Asegura que cada año agradece que su esposa Elsa Cardoso, con quien ha logrado tener una hermosa relación, esté bien, “me sentí afortunado de tenerla en mi vida, de que se salvara de una situación de salud como la que atravesó y ella sigue bien”, expuso.

Fue así como decenas de personas que iban llegando de poco en poco, sobre todo en reunión familiar, así como parejas de adultos mayores, les dio una bebida caliente que abrazó su alma en este día en especial, “porque siempre la virgen es buena, bondadosa y nos da bendiciones”, aseguró la señora Juanita, quien recibió también un tamal.

Así, con ánimo, con una invitación del alma y un corazón agradecido, Juan Arturo repartía el atole, el tamal, así como el agradecimiento de tener a su compañera de vida junto a él, sana, y aún con historias que contar.

“La conozco desde hace 38 años, allá en la Ciudad de México a donde me fui a trabajar. Ella es contadora y también trabajaba allá, en la ciudad, pero nos conocimos y me la traje a Hidalgo.
Yo tengo un negocio de imprenta en la capital del país, el trabajo bajó debido a la pandemia, pero ahí vamos poco a poco, por lo que agradezco también la salud y el trabajo”, expuso el hombre.

Entre las campanadas de La Villita que indicaba el inicio de la siguiente misa, el producto que llevó para regalar se fue agotando, y en menos de una hora, logró su cometido y se retiró del lugar, no sin antes dar gracias a la Virgen Morena por las bendiciones recibidas en este año, por la salud y porque su esposa continúa a su lado, “por lo que seguiré con esta promesa año con año, hasta que la Virgen quiera”, concluyó.

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