Desde hace más 25 años Juanita Aguilar Gudiño oferta cruces, guías y flores para la conmemoración de La Santa Cruz afuera de la catedral de San José, en Tula de Allende, una tradición en la que están inmersos los cinco integrantes de su familia.
“Son tradiciones. Mi padre me inculcó nuestra religión y a través de ello aquí estamos laborando para eso”, dijo Juanita mientras se apresura a atender a sus clientes afuera de la puerta principal de la catedral; este año, después de dos años de restricciones por la pandemia, la afluencia es buena.
A ella misma y a su familia les afectó la contingencia, pues al ser comerciantes de productos no esenciales enfrentaron más restricciones para vender su mercancía. En 2020 no hubo permiso de venta y en 2021 sí, aunque con restricciones sanitarias, y desde luego la venta fue menor pues muchas personas decidieron no acudir a las parroquias para bendecir sus tradicionales cruces.
Ahora que se retomó la conmemoración “venimos con más ganas de trabajar para salir adelante, sobre todo por lo que nos ocurrió en septiembre pasado”, dijo y agregó que en este año les permitieron tres días de venta, del domingo 1 al martes 3 de mayo.
La vida de comerciante es difícil y expresa que durante los dos primeros días de esta vendimia trabajan de 8 de la mañana a 8 de la noche, pero el día mayor, el de la Santa Cruz, comenzaron desde antes de las 6 de la mañana.
La comerciante admite que laboran contentos y con mucha disposición. Juanita se alegra de que su familia sea parte de esta tradición. “En mi familia somos un equipo de cinco personas; mis dos hijas: Brenda Mariana y Laura Angélica; mi hijo Mario Alberto; mi esposo, Mario Romero, y yo, entre todos laboramos, unos haciendo la crucecita de madera, mi esposo es artesano y hace las de alambre, unos cortamos madera, otros le dan forma y mis hijas y yo decoramos las cruces de madera”.
Es una labor ardua que comienzan desde enero, por las tardes, pues son locatarios del tianguis municipal de Tula y entonces deben dividir su tiempo.
Antes de la pandemia hacían 5 mil cruces de madera y 5 mil de alambre, pues era la cifra necesaria para cubrir la demanda tanto en catedral como en otras parroquias de la región, pero ahora, después de la pandemia y de la inundación, por inversión y otros factores, apenas pudieron preparar 2 mil 400, las cuales ya casi terminaban de vender afuera de la catedral la tarde del 3 de mayo.
Juanita cuida hasta el último de los detalles, pues por ejemplo, a las cruces que exhibe en el perímetro de la barda de la catedral les coloca cinta especial para adherirlas a la pared, pues no desea dañarla, ya que está consciente de los trabajos de restauración que se han aplicado en la barda perimetral y por ello es cuidadosa.