Ante la oleada de inversión extranjera en Nuevo León por el nearshoring, el Clúster de Vivienda consideró necesario recuperar la construcción de “vivienda económica” para poder dar una vivienda digna a las familias que están llegando de afuera del estado o se están formando.
Rafael Arroyo, director general del Clúster de Vivienda, cuestionó: “¿cuál sería la casa ideal? La casa debe ser flexible, sustentable y de precio accesible. Que pueda crecer con el tiempo y de acuerdo con las necesidades y posibilidades económicas de los dueños”.
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Durante una conferencia virtual impartida a los socios del Clúster de Vivienda, el directivo recordó que en la década de los 90 se construían 10 mil unidades al año, mientras que en el 2008 las bienes raíces alcanzó un “pico” de 80 mil viviendas, posteriormente empezó el declive al construirse 60 mil hasta llegar al 2020 con 50 mil viviendas anuales.
“¿Cómo cambió la vivienda en el estado en los últimos años? La crisis provocó una disminución en la construcción ante la falta de subsidios y el alza en los precios de los insumos es lo que ha venido frenando la producción de vivienda”, indicó.
Apuntó que a medida que empezó a crecer la mancha urbana se fue ampliando la construcción de vivienda entre el 2000 y 2010, en municipios como Zuazua y Ciénega de Flores.
El especialista agregó que posteriormente, en los años de 2010 al 2020, este crecimiento se empezó a extender hacia municipios como El Carmen, Salinas Victoria, Juárez, Cadereyta y Pesquería.