La escena era inédita: cientos de migrantes sudamericanos y de otros países del Oriente iban y venían con platos de comida, convirtiendo a la Central de Autobuses en un enorme comedor.
Se trataba del personal de la Casa INDI, albergue de la parroquia María Goretti, que llegó a dar un "respiro" y alimento a los migrantes venezolanos varados, quienes hacían fila para recibir comida, justo en el acceso principal de la central camionera.
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Desde las 11:10 horas, voluntarios del albergue arribaron con un auto con ollas llenas de comida para unos 700 migrantes procedentes de Venezuela, Colombia, Honduras, República Dominicana y hasta de Arabia Saudita y Siria.
Antonio González, coordinador de Casa INDI, informó que trajeron comida para hasta 700 migrantes, tanto para el almuerzo, comida y cena.
Indicó que, ante la problemática, el padre Felipe de Jesús Sánchez Gallegos, de la parroquia María Goretti, dio la instrucción de llevarles alimento hasta las puertas de la Central de Autobuses.
"Trajimos comida para unos 400 ó 500 y les vamos a dar comida, almuerzo y cena, las personas que se arrimen aquí, ya sea 600 ó 700 personas que estén aquí.
"El padre nos manda para acá viendo las personas que están aquí y que no han comido alimentos, estaremos a partir de hoy y hasta que se termine el problema", señaló.
Los migrantes, quienes llevaban días sin comer, pudieron degustar un plato de sopa de arroz, frijoles y pollo o albóndigas de res y un pan de margarita.
Hace unos días un grupo de venezolanos dijo que llevaban días de comer solo pan que venden en la tienda y que ya no sabían lo que era comer un plato de arroz.