Luis, 23 años, salió de Venezuela por la situación de su país, no tenía trabajo. Dice que allá el gobierno está asesinando a mucha gente, que le tiene miedo, también a la policía, que emigra para buscar una mejor vida.
-La situación allá es de locos-, dice. Está de paso en México, a la mitad del país, en el estado de Hidalgo, lo acompaña su esposa y su hija de tres años. Esperan el tren en Atitalaquia, en la estación de Bojay, que los lleve al norte.
Cuenta que más que el miedo, muchas veces no tenía para comer, que por eso está migrando para llegar a Estados Unidos. Ha caminado y tomado autobuses, por primera vez se subirá a un tren.
Luis salió hace tres meses de Venezuela, en agosto, no recuerda la fecha. Su objetivo es cruzar a Estados Unidos, trabajar, ayudar a sus papás, a sus cinco hermanas y tener una vida estable.
-Yo le dije a mi mamá que me iba por una mejor vida, que me apoyara en el camino, que apenas llegara le iba a demostrar que también podía, que íbamos a estar bien, me dijo que estaba bien, que ella me apoyaba en todo lo que pudiera y fue cuando yo me vine.
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Venezuela ocupa el primer lugar de migrantes indocumentados detenidos en México por el Instituto Nacional de Migración (INM) en su camino por llegar a la frontera con Estados Unidos y cruzar a ese país.
Entre enero y marzo de este año se registraron en el país 111 mil 505 detenciones, de las cuales Venezuela ocupó el primer lugar con 19 mil 944 personas aseguradas, de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Para el mes de octubre el número de indocumentados detenidos en México se elevó a 588 mil 626 migrantes, de los cuales Venezuela se mantiene en el primer lugar con 168 mil 639 personas aseguradas.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), señala que más de 7.7 millones de personas han salido de Venezuela buscando protección y una vida mejor y que la mayoría –más de 6.5 millones de personas– ha sido acogida por países de América Latina y el Caribe.
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Miguel, un joven alto, delgado, de 27 años, migró de Venezuela por la situación política, económica y social de su país. Dice que la economía allá está por los suelos.
-Uno no se siente seguro en este momento en nuestro país-, cuenta. Salió de Venezuela el 29 de septiembre. Lleva dos meses viajando. Su objetivo es llegar a Estados Unidos e iniciar una nueva vida con su esposa, Naomi y su hijo, Damián, de dos años, darles la seguridad que no puede en su país.
Miguel dice que quiere un futuro mejor para ellos y ayudar a su familia. A la mitad de su paso por México, reconoce que es “un poco fuerte” viajar con su esposa y su hijo aunque agradece a Dios que en su camino se han encontrado con personas buenas que los han ayudado.
En Estados Unidos lo espera un primo, Manuel. Su idea es llegar, comenzar a trabajar, ahorrar y en un futuro cercano volver a su país. Desde el primer día que salió de su casa Miguel viaja con miedo por su hijo y su esposa.
-Pero hasta ahora vamos bien, gracias Dios, mi mamá, mi papá, mi hermana, se quedaron tristes pero entendieron que todo es por un futuro mejor-, dice antes de subir al tren que lo acerque a la frontera norte de México.
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Entre enero y octubre de este año elementos de la Oficina de Representación del Instituto Nacional de Migración en el estado Hidalgo detuvieron a mil 22 migrantes indocumentados, de los cuales los venezolanos están en primer lugar, de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria.
Los indocumentados fueron detenidos en 18 municipios de la entidad. Venezuela encabeza la lista con 185 personas, le sigue Ecuador con 175, Guatemala con 159, Colombia con 66 y Senegal con 49.
En diez meses se han detenido en Hidalgo a migrantes de 36 países de América del Norte, América Central, Islas Caribe, América del Sur, Asia y África, de los cuales 79 son menores de edad de entre cero y 17 años entre acompañados y no acompañados.
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Nayibe tiene 23 años y dice que dejó Venezuela por un mejor futuro y una mejor calidad de vida, que allá en su país eso no lo puede tener. Viaja con su hijo pequeño, Emiliano.
-El país ahorita es caótico por los servicios principales como el agua, la luz, medicinas, para la gasolina tenemos que hacer colas todo un día, la luz llega cinco horas y el resto del día no hay, el agua es lo mismo, se paga mucho por el gas-, cuenta.
Nayibe salió de Venezuela el 6 de octubre. Ha caminado y tomado autobuses más de un mes. En Hidalgo, México, será la primera vez que tome el tren para viajar en sus entrañas y llegar a la frontera con Estados Unidos. Dice que allá la esperan unos amigos que la ayudarán.
-¿Y no tienes miedo?
-Pues sí, como todo. Sonríe. Salir de la casa de uno y dejar su tierra es lo más difícil que uno puede hacer pero con Dios siempre y pa’lante, no mirar atrás.
-¿Cuál es tu objetivo?
-Poder llegar a Estados Unidos y trabajar para poder adquirir muchas cosas en mi país, casa, carro, propiedades, un negocio y más que todo brindarle un futuro a mi bebé que tiene dos años.
-¿Y piensas volver a Venezuela algún día?
-Sí, sí es lo que pienso hacer, trabajar por unos años y luego devolverme otra vez a mi país porque no hay nada como estar en el país de uno.