La nevería Bugambilia nació en el ahora Pueblo Mágico de Tecozautla el siglo pasado, por allá de 1957. Empezaron con la venta de helado artesanal tradicional, como nieve de limón, de guayaba, de tamarindo y otros, pero hace 12 años surgió la iniciativa y tuvieron la idea: recolectar los frutos de los cactus de esa región del Valle del Mezquital y usarlos en la elaboración de helados y nieves. Les funcionó.
Por fortuna, decidieron traer su producto a Pachuca para sorprendernos con el inigualable y exquisito sabor de sus helados artesanales con sabores en cactus, florales, tradicionales y de temporada, aunque su sede está en Mineral de la Reforma, allá en Abeto 576, en el fraccionamiento El Saucillo, pero asisten siempre al Pabellón Artesanal en Plaza Independencia y también cuentan con un punto de venta en el Cristo Rey, en el cerro de Santa Apolonia, que funciona los fines de semana.
Todos ganamos
Claudia Salinas Rosas platica la historia de nevería Bugambilia acá en la capital del estado. Dice que son emprendedores con un producto de gran calidad: los helados artesanales elaborados con los frutos de los cactus de toda la zona del Valle del Mezquital, a la que pertenece aquel municipio: “es una variedad que se da a conocer en la ciudad de Pachuca, es un helado que caracteriza a parte de la gastronomía de Tecozautla”.
Hay mucho trabajo detrás de estos helados, puntualiza, ya que todo inicia con los campesinos y la gente que recolecta los frutos: “hacen una gran labor, el estar quitando los frutos de los cactus, siempre con el riesgo de espinarse, es el trabajo más fuerte; luego el proceso de elaboración es lo más sencillo porque es ahí donde surge la magia y todo, pero lo más especial y lo más duro de todo esto es el trabajo que hacen los campesinos al rescatar estos frutos. Es un ciclo productivo en el que todos están involucrados, es un ganar-ganar para todos”.
Además, en la nevería preparan también los helados florales, como el de lavanda, bugambilia o pétalos de rosa, y los más tradicionales y los de temporada que no pueden faltar, como el de pan de muerto y el de rosca de reyes, que empiezan a comercializar en diciembre.
“Es padrísimo esta parte de la innovación, así como tantos artesanos innovan en sus productos, yo creo que también parte de la gastronomía hace eso mismo para llamar la atención, en nuestro caso con este tipo de helado artesanal y más natural”.
Claudia afirma que el turismo nunca falta en el Reloj Monumental y el paladar de algunos visitantes es muy exigente, “nos hemos topado con gente que no consume azúcar y es cuando les ofrecemos el helado de cactus o la nieve de garambullo o de huamixi, que son bajas en azúcar al igual que el de xoconostle o el nopal; sin embargo, hay quienes disfrutan más de los florales y se van directamente con los de flor de violeta, flor de lavanda o pétalos de rosa”.
Un emprendimiento único
Claudia señala que Bugambilia no tiene competencia: “nos consideramos como los únicos, la nevería Bugambilia nace en Tecozautla en 1957 pero es a partir de 2015 cuando Tecozautla se da a conocer como Pueblo Mágico, es cuando ya se da ese impulso a toda la gastronomía y específicamente a los helados artesanales. Aquí en Pachuca somos los únicos, pudiera ser que hay otros compañeros que hacen garambullo con queso, pero no hay otro sitio donde haya helados de frutos de biznaga, de garambullo todo el año, ni xoconostle con queso, ni nopal con queso, más que nosotros”.
Visitantes y clientes de Colombia, Nicaragua, Guatemala, Italia, Alemania, Estados Unidos, Chile, Australia y otros lugares, han tenido la oportunidad de probar estos helados artesanales, situación que aprovechan para hablarles de otros atractivos del estado y , por supuesto, sus pueblos mágicos, porque además de emprendedores son vistos y considerados como promotores turísticos por las autoridades estatales y las municipales.
De hecho, hay una bitácora en la que los clientes detallan su nombre y lugar de origen: visitantes de todo México y de más países de los que podría recordar han degustado sus productos.
Los turistas, dice Claudia, se quedan maravillados y sorprendidos, especialmente porque nunca habían probado un helado de cactus: “me tocó una ocasión unos franceses, obviamente allá tienen los helados florales, pero se quedan muy encantados y sorprendidos con los de cactus; se van muy felices y muy contentos al haber probado algo innovador”.
Todas las variedades son bien recibidas y todo se vende por igual, no hay uno que sea particularmente preferido porque cada uno tiene su propia magia y hay gusto para todo y todos: garambullo, huamixi, nopal con queso, xoconostle con queso, pétalos de rosa, flor de violeta, flor de lavanda, mazapán, algodón de azucar, piñón con cereza, pay de limón, vino tinto y muchos más.
Por ejemplo, recuerda que el año pasado les invitaron a Cuernavaca y la gente que los probó estaba feliz, también han estado en Ciudad de México y en otros puntos de Hidalgo y por supuesto desean llegar y crecer mucho más.
“Nos gusta ver a nuestros turistas, tener contacto con ellos y hablarles de los frutos y platicarles respecto a lo que hay detrás, que hay campesinos que hacen su gran labor; nos encanta verlos disfrutar de sus helados, nos gusta ver su reacción cuando los prueban y nos encanta hablarles de toda la oferta turística, gastronómica y cultural que Hidalgo tiene para el mundo”.
En redes sociales se les puede encontrar como “Nevería Bugambilia La Bella Airosa”.