Transporte público en Nuevo León, un problema para personas con discapacidad

Patricia Martínez es presidenta del Consejo Estatal de Personas con Discapacidad, a quien se acompañó en un recorrido para conocer los obstáculos que viven cada día.

Víctor González
Monterrey /

El transporte público de Nuevo León es uno de los muchos problemas de accesibilidad para las personas que tienen una discapacidad. Patricia Martínez depende de una silla de ruedas para realizar sus actividades. Durante un recorrido con ella, se pudo conocer algunas de las problemáticas que enfrenta diariamente.

Patricia Martínez es presidenta del Consejo Estatal de Personas con Discapacidad. El recorrido empieza en el estacionamiento de una plaza comercial en la colonia Anáhuac y los obstáculos aparecen al instante. 

Reportero: "Bueno, aquí estamos llegando a la parada del autobús y tenemos una problemática, ¿cuál es Paty?".

Patricia Martínez: "Debería existir un diseño universal para acceder a la parada del autobús".

R: "Aquí lo que vamos a tener que hacer es, rodear esta isla, meternos a la avenida para posteriormente llegar a la parada del autobús".

Por la avenida Universidad pasan más de 40 rutas distintas, pero solo la Ruta Express El Jaral, es accesible.

Paty: "Queremos ir a la estación Sendero, si yo no tuviera una condición de discapacidad, accedería sin problema alguno, pero como sí la tengo, necesito ajustes razonables que ahorita no existen en un camión urbano".

Patricia Martínez depende de una silla de ruedas para realizar sus actividades.

Para subir al camión que sí es accesible, el conductor despliega una rampa, pero queda muy inclinada. Lo correcto, es que el conductor se orille a la banqueta para que la pendiente sea de un ángulo inferior y la persona en silla de ruedas acceda sin ayuda del chofer.

Al subir al metro, se requiere ayuda del personal para ascender en el Supertrac, una plataforma que sube y baja las escaleras sujetando la silla de ruedas.

A pesar de ser útil, el ascensor portátil tiene deficiencias: no funciona cuando hay lluvia, la batería se agota rápidamente y el tiempo que tardan en subir o bajar a una persona va de 25 a 30 minutos.

Aunque el transporte público hace el intento por ser accesible, las calles, los cruces y las banquetas de la metrópoli dejan qué desear, debido a que la mayoría tienen barreras que impiden la movilidad, aseguró Víctor Esparza, del Consejo Ciudadano para las Personas con Discapacidad.

"No solamente es cómo te trasladas, sino cómo sucede el entorno del traslado. Pudiera haber en el futuro unidades de transporte público accesibles para personas con discapacidad, pero si esa persona no tiene forma de llegar de su casa a la parada del autobús, pues no van a ser de mucha utilidad", dijo.

Desde el 2013 en Nuevo León se aprobó la Ley de Protección a los Derechos de las Personas con Discapacidad, pero la falta de voluntad política ha permitido avances.

"Pero si agarramos la ley y nos ponemos a revisar artículo por artículo qué se ha cumplido de la Ley, pues nos quedamos reprobados. Traemos un sexenio perdido en muchos aspectos, y en lo que nos corresponde como grupo en estado de vulneración, también. Ya no hay tiempo de patear el bote", agregó.

El Consejo Ciudadano para las Personas con Discapacidad espera que se concrete la coordinación metropolitana, para que cada una de las partes asuma sus respectivas responsabilidades y lograr la inclusión que por ley merecen.

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