Raúl García se coloca almohadas y se pega el bigote cano al suyo, para darle vida a Santa Claus, un personaje que le gusta interpretar, no sólo por el significado que trae consigo a la imaginación de niñas y niños que piden una foto con él, sino porque este 2021, a diferencia de los 20 años que lleva dando vida a Papá Noel en Pachuca, ha “doblado sus sentimientos” cuando escucha las peticiones actuales de los infantes en la ciudad.
Su sonrisa se asoma entre la peluca blanca que debe peinar continuamente para que no se le enreden en los lentes y poder ver los rostros de niñas y niños que se acercan tímidos de principio, para después desahogar sus peticiones con él.
“Tengo 20 años haciendo este personaje de Santa Claus y en estos momentos sí hemos tenido niñas y niños que vienen a tomarse la foto tradicional, aunque hemos cuidado la sana distancia para evitar que haya contagios en estos momentos
Aunque siguen pidiendo carritos y muñecas, este año, a diferencia de los 20 en los que he trabajado dándole vida a Santa Claus, las peticiones más continuas y que recibo a diario es que haya reconciliación en la familia y que no haya divorcios entre papás y mamás, es algo que me dobla”, dice.
Raúl “se dobla” cuando escucha esas palabras porque vivió una situación similar cuando era un niño, “porque mi papá fue ausente”, así que sólo le queda darle palabras de aliento a las y los menores de edad que le dan su carta o le dicen sus conflictos a Santa Claus, que sonríe en cada momento, “porque esa es parte de la magia, darles tranquilidad a las y los niños”.
Él no tiene muchos recuerdos con su padre, a quien no le guarda rencor, sino agradecimiento por esta herencia que le ha dejado vestirse de Santa Claus, “porque él fue ausente por mucho tiempo, porque se divorció de mi mamá y se casó de nuevo, así que nos vimos afectados pero tuvimos que salir adelante.
“Este es un legado, lo recuerdo bien porque mi mamá jamás habló mal de él, y nos pidió respeto, así que cuando escucho a las niñas y los niños pidiendo que sus padres no se divorcien, me llega, sobre todo cuando escucho que su papá se fue de casa o su mamá, me da el bajón, pero los motivo”, explica.
Actualmente trabaja en esta temporada dándole vida a este personaje porque le gusta y porque es una herencia que le dejó su padre, “y lo hago con mucho gusto para motivar a las y los niños, así que les digo que se porten bien y que obedezcan a las mamás y los papás”, dice.
Él tiene dos hijas y a su mamá, su padre ya falleció, “pero me heredó esta tradición y es algo lindo, él inició todo esto y aunque al principio no quería, mi familia me animó, así que aquí estoy y lo disfruto”, señala, mientras las canciones tradicionales de las Ardillitas, continúan dando ambiente a la Plaza Independencia, frente al Reloj Monumental.