Son padres y madres de estudiantes del Instituto de Artes (IDA), de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Respaldan a sus hijos en sus demandas: la destitución del rector, Octavio Castillo Acosta y la renovación del Consejo Estudiantil de la universidad.
-¿Quién dio la orden para atacar a nuestros hijos?-, pregunta un hombre alto en la Ciudad del Conocimiento, a unos pasos de las casas de campaña de los alumnos que llevan ya diez días en paro de actividades.
El 19 de septiembre estudiantes del Instituto de Artes se manifestaron en el Centro Cultural “La Garza” para exigir la destitución de la directora, María Teresa Paulín Ríos.
Ahí fueron atacados por personal de la universidad y hombres encapuchados. El saldo: más de diez alumnos heridos y una madre con un corte en el rostro, un tajo enorme. La cara le quedó tinta en sangre.
-Nosotros como padres de familia apoyamos a nuestros hijos, principalmente por los hechos violentos del 19 de septiembre. Eso no fue un diálogo, fue un acto de violencia artera contra nuestros hijos. Lo que nos indigna más es que sobre la mesa no hay una renuncia, no hay un despido, no hay un señalamiento directo de parte de la universidad-, dice otro padre.
Al día siguiente del enfrentamiento, el 20 de septiembre, alumnos del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), el Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), el Instituto de Ciencias Económico Administrativas (ICEA) y el Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa) declararon un paro de actividades.
-Los voceros están siendo perseguidos, amenazados, intimidados. Responsabilizamos a la universidad, al Consejo Estudiantil si alguno de nuestros hijos llega a ser agredido o desaparecido, nuestros jóvenes no merecen eso-, dice una madre.
Cuenta que una vocera de un Instituto estuvo a punto de ser atropellada por un coche que la perseguía. Dice que otra alumna escuchó claramente cuando personas desconocidas dijeron: “esa es la chava”.
El paro de estudiantes en el ICSHu, ICEA, ICSa e ICBI fue en apoyo a sus compañeros del Instituto de Artes, quienes demandan desde el 28 de agosto la destitución de la directora, María Teresa Paulín, a quien acusaban de malos tratos, acoso y abuso.
El 25 de septiembre, un mes después de su nombramiento como directora del IDA, Paulín Ríos presentó su renuncia ante el Consejo Universitario, pero unos días antes las demandas de los estudiantes habían escalado, piden ahora la destitución del rector y la renovación del Consejo Estudiantil.
-Hoy nuestros hijos nos están dando una lección de dignidad, de valentía, de esta búsqueda de la justicia en donde se están atreviendo a soñar con un futuro diferente-, dice el padre de Ciudad del Conocimiento.
Asegura que los estudiantes le están dando una lección a los adultos para no quedarse callados y que hoy tienen que estar con ellos, en su lucha, hombro a hombro.
-Hoy nuestros hijos se han levantado y han levantado la voz por un sueño que va más allá de tener un título universitario, por un sueño de libertad-, dice el hombre, orgulloso.
Otro padre asegura que lo más sencillo para ellos es sacar a sus hijos de la universidad e inscribirlos en otra pero dice que les han transmitido su amor genuino por el Instituto de Artes y que quieren seguir estudiando ahí.
Los que no se unieron al paro en el Instituto de Artes, cuenta una madre, decidieron continuar con sus estudios. Dice que la universidad les abrió un espacio en el Centro Cultural “La Garza”, en los sanitarios.
-Tomaban clases en Abasolo en sanitarios, nosotros lo único que queremos es un espacio seguro y digno para nuestros hijos, el único interés que tenemos como padres de familia es la integridad y bienestar de nuestros hijos-, dice. Un padre confirma que los estudiantes tomaban clase en los sanitarios, que su hijo no quería estudiar en esas condiciones.
Una madre más afirma que los estudiantes estaban en instalaciones paupérrimas, no óptimas para su desarrollo. Cuenta que su hija, que está a punto de graduarse del IDA, dejó de asistir a clases en apoyo a sus compañeros en paro.
-Han ejercido violencia psicológica y emocional contra los alumnos en paro, los han amedrentado, los han humillado, los han coercionado, que si no asisten a clase pueden perder la matrícula-, dice.
Un padre bajito, bigote abultado y lentes, se sincera, de lo más profundo de su ser sale su sentir: quisiera dispararles a los tres tipos que ahorcaron a su hijo en el Centro Cultural “La Garza”. Su hijo terminó en el Seguro Social con lesiones. Dice que uno de los que lo ahorcaron es catedrático de la universidad.
-Exijo justicia. Los alumnos solo querían ser escuchados pero fueron golpeados, les echaron gases ¿Cuándo va a proceder la carpeta de investigación? Tengo ganas de buscar esos cuates y tirarles dos que tres balazos, a los tres que estaban ahorcando a mi hijo.
El hombre cuenta que es egresado de la Preparatoria número uno de la UAEH y que también estudió la carrera de medicina en la universidad, la misma a la que envió a su hijo y fue golpeado. El padre se lamenta.
-Yo ya no tengo orgullo, ya me da tristeza decir que soy egresado de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, eso me duele, me duele en el alma. Me duele que hayan agredido a mi hijo.