Para Edith abrazar el lado oscuro es un interés como cualquier otro

“Me causa mucha gracia cuando la gente tiene rechazo e incluso miedo hacia este tipo de temas y la verdad es que cabe dentro de la curiosidad humana”

La joyería llaman la atención en esta época de día de muertos. (Aldo Evaristo)
Alejandro Evaristo
Mineral de la Reforma /

En la mesa hay cráneos dispuestos en abalorios, aretes y anillos; con cuernos y en diversos tipos, tamaños y tonos, incluso acumulados en pequeños contenedores de cristal, justo al lado de docenas de collares estilo victoriano, pulseras y, por supuesto, ouijas.

Hay una joven ahí. Usa vestimenta de color negro y maquillaje en la misma tonalidad. El rostro atrae las miradas por su palidez y también por las sobresalientes suturas en los párpados, justo bajo las cejas. Quizá el gorro con los dos enormes cuernos sobresaliendo sean también la causa o tal vez el esmalte negro en sus uñas contrastando con el color de su piel.

Edith tiene consigo una expresiva mirada y una esencia gótica innegable.

“Creo que todos deberíamos abrazar este lado oscuro que de pronto tenemos, estos intereses por temas un poco más oscuros porque son eso, a veces solo tiene un valor estético y nada más”, señala durante la entrevista.

Se siente cómoda en este ambiente.

La subcultura gótica, como algunos le denominan, abarca varias áreas del quehacer humano y su origen se remonta varios siglos atrás, en la llamada edad media, en la época de los ostrogodos y los visigodos. Luego llegó el Renacimiento y la aparición del estilo artístico gótico. Lo demás es historia y es importante, por supuesto, pero no hay suficiente espacio en una sola página para abundar sobre ello.

“Creo que todavía hay un poco de tabú en esta cosa del interés por los temas oscuros, como les suelen llamar. Yo creo que todos tenemos un lado oscuro y no es precisamente algo malo, simplemente es un gusto, un interés como cualquier otro”, dice Edith.

Recuerda su adolescencia, cuando nació la curiosidad por el lado oscuro, en este caso gracias a los cráneos, elementos por los cuales siente gran fascinación.

Aprendió a disfrutar las películas clásicas del género, en especial “El Cuervo” y su muy recomendable banda sonora, o “Drácula” y “Frankenstein”; encontró su sonido con The Cure y Sisters of Mercy, algunos prefieren a su majestad Nick Cave, y leyó a los tres autores que considera básicos: Anne Rice, Edgar Allan Poe y Howard Phillips Lovecraft. También ha tenido acercamientos a lo estético, evidentemente, y a la arquitectura.

“Me causa mucha gracia cuando la gente tiene rechazo e incluso miedo hacia este tipo de temas y la verdad es que cabe dentro de la curiosidad humana. Usar un cráneo con cuernos no te va a hacer malo inmediatamente”.

Sin duda encontró su pasión y decidió actuar partir de ella y convertirla en su forma de vida.

Emprendedora

Gloria Edith Melo Alarcón es una joven egresada del Instituto de Artes de Real del Monte y el 2 de noviembre hace seis años decidió crear “Pokky. Accesorios para tu lado oscuro”.

“Sí, literalmente, mi vida la llevé a mi trabajo”, reconoce.

Las piezas que más le piden son los “cráneos de hadas” y anillos con cráneos y corazones, “estos últimos se los llevan hasta las señoras”.

No fue una mala decisión: “no esperaba lograr llegar a tanto tiempo, empecé esto como un hobby (pasatiempo). Prácticamente salí de la universidad y dije en lo que me dan mi título me pongo a hacer algunas cosillas con materiales que aprendí a usar en la escuela y afortunadamente a la gente le ha gustado y por ello he podido continuar todo este tiempo”.

Todo lo hace ella, desde cero.

El proceso es hacer la escultura en plastilina, de las que luego saca moldes con caucho de silicón, vacía resina, lija, pinta… un collar gótico estilo victoriano le representa tres o cuatro días de trabajo, por ejemplo.

Sus productos suelen llamar la atención, especialmente en esta temporada de Día de Muertos, las fechas de mayores y mejores ventas; por cierto, participará con Npulgarte Bazar en el Pabellón Universitario, donde habrá disfraces y ella ha decidido acudir usando una fusión de dos mexicanísimos íconos: la Catrina y la Llorona.

“Todos somos una variedad de cosas, de nuestra propia cultura y nuestras experiencias, yo creo que nada es blanco y negro, nada es bueno o malo, somos una combinación de experiencias”. 

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