El Centro de Reinserción Social Femenil de Nuevo León informó que 35 por ciento de su población total dijo ser lesbiana o bisexual, sin embargo, detectaron que cuando algunas mujeres heterosexuales con familia ingresaban como personas privadas de la libertad, al poco tiempo hacían noviazgos al interior del reclusorio.
Información a la que tuvo acceso la plataforma MILENIO-Multimedios revela que de las 525 internas en el penal femenil, ubicado en Escobedo, un total de 185 es LGBT+.
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De acuerdo con el “Protocolo Nacional de Atención a Población LGBTTTIQA+ en los Centros Penitenciarios”, los servidores públicos deben hacer todo con apego al respeto a los derechos humanos, el libre desarrollo de la personalidad, equidad y no discriminación.
Las reclusas que por sus condiciones o características (mujeres violentadas, personas con VIH/Sida, personas con preferencia u orientación sexual distinta a la heterosexual, personas con una identidad o expresión de género distinta a la asignada al nacer, entre otras) requieren de un esfuerzo adicional o especial para evitar discriminación o violencia.
Las medidas de resguardo son las acciones que realiza la persona titular de la Dirección del Centro para proteger la vida e integridad física y mental de las personas privadas de la libertad en situación de vulnerabilidad, previa solicitud de la persona involucrada o la persona defensora, mediante resolución judicial o por petición y determinación de las personas integrantes del Comité Técnico, previa justificación.
Destaca que las visitas conyugales aprobadas deben ser otorgadas en igualdad de condiciones para todas.
La seguridad física y mental de las internas de la población LGBT+ al ingreso al Centro Penitenciario, destacando que personal del área de psicología aplica el Protocolo correspondiente a la detección e intervención de la conducta y riesgo suicida, requiere la implementación de medidas preventivas.
Se explica que el Comité Técnico dará seguimiento para continuar, modificar o concluir las medidas de resguardo, pero si la rea solicita dejar sin efecto el resguardo establecido, será sometido a determinación de dicho órgano.
La aplicación de medidas de resguardo no significa que la interna LGBT+ será aislada de las actividades y servicios de reinserción social.
Alejandra, una mujer lesbiana oriunda de Tampico, Tamaulipas, y Verónica, bisexual de Hidalgo, Nuevo León, coinciden que no es normal que una nueva reclusa heterosexual llegue y quiera refugiarse en brazos de otra mujer sin saber el contexto LGBT+.
“Yo sí creo que urgen pláticas sobre orientación sexual, pero referente a las parejas lesbianas y bisexuales porque está bien que vengan y den plática sexuales de un hombre o mujer, pero aquí las parejas somos dos mujeres y una que viene de fuera sabe un poquito de información; pero las que vienen nuevas no saben nada”, manifestó Alejandra.
Verónica relató que hay mujeres heterosexuales que se burlan de ellas, pero al poco tiempo son vistas con pareja nueva.
“Yo no lo miro mal, cada quien, y el estar aquí sí está cañón, porque la familia no te apoya. Lo que todas quieren aquí es la compañía porque sí está canijo estar lejos de la familia, quieren un apoyo y algunas traemos un delito un poquito pesado que sabemos que se va a llevar un proceso largo. Sí se siente la soledad. Yo no veo normal que anden con una y con otra y afuera no lo hacían, por eso digo que también es algo de problemática psicológica referente a la orientación, pedimos pláticas para que no se confundan”, indicó.