Saraí Lara durmió este día, solo un par de horas, ya que la noche del domingo y hasta la madrugada de lunes, 12 de diciembre, cuando se lleva a cabo la más aglomerada llegada de peregrinos a la Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe, La Villita, estuvo atenta a la venta de su pan de feria, misma que realizan en familia procedente del estado vecino de Tlaxcala.
Sus ojos están enrojecidos por falta de sueño, pero su ánimo no decae, y más cuando se trata de apoyar a la economía de la familia, porque “ser ferieros es complicado, sobre todo porque no se duerme bien, porque preparar la masa para el pan es muy pesado y a veces nos amenacemos trabajando, pero así es esto”, dice.
Así como Saraí, Laura, Rocío y más mujeres y hombres que se dedican a vender productos en estos dos días de fiesta conmemorando a la Virgen de Guadalupe, y por la cual el municipio de Pachuca otorgó permiso de venta a un aproximado de 250 comerciantes, coinciden en que, pese a que ha habido gente que participa en esta acción para dar gracias a la Virgen Morena, las ventas no han sido las mejores.
Olga García es otra comerciante que vendió sus productos, “y sí, aunque ha habido mucha gente que llega a La Villita, poca gente compra.
“Suponemos que es por la situación económica que enfrentamos, pero lo importante es que se venda, por lo menor para que salga el gasto que hemos realizado y que salga el producto”, expuso.
Saraí señaló que, durante 16 años se ha dedicado a la venta de pan, “pero realmente mi esposo y su familia llevan más de 50 años en este negocio familiar, en el que han tenido que trabajar mucho para lograr crecer, por lo que también participan en cada feria en la que podemos participar.
“Tengo tres hijos que, cuando eran pequeños los tenía que dejar encargados, pero ahora que están más grandes, también ayudan en la elaboración de los productos que se venden, en el horneado y en la preparación”, expuso.
Así también, algunos comerciantes de Pachuca vendieron alimentos, como el caso de Rocío Juárez, quien colocó su puesto de alitas, “pero la venta no fue la esperada el domingo, pero esperemos que este lunes sea mejor, porque llegan más peregrinos”.
Finalmente, en esta tarea por seguir vendiendo y fortalecer su economía, las y los comerciantes están dispuestos a soportar la inclemencia del frío, la venta, el ruido de los cohetes y las pocas horas de sueño, “nos mantienen animados, porque al final, sabemos que estamos mejor que estar confinados por una pandemia que no se lograba vencer y por el cual, no solo perdimos economía, sino también a algunos familiares, por lo que estamos aquí para dar gracias también a la Virgen de Guadalupe que nos mantenga fuertes y sanos para seguir trabajando”, concluyó Olga.