¿Qué es el cocol? Dulce agasajo para el corazón

Seguramente has escuchado la famosa frase "¡Quiero mi cocol!", aquí te contamos a que se refiere, si es que aún desconoces qué es un cocol

Jlaen, productor de cocoles en Hidalgo. (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

Jlaen Gonzalez Badillo lleva en su vida el sabor del piloncillo y el olor a anís, ingredientes base para realizar cocoles, un pan tradicional del centro de México, y el cual le ha dado vida, prosperidad y trabajo a cuatro generaciones de su familia por más de 150 años.

Señala que su bisabuelo vendía en los mercados, así como después su abuelo este pan con figura de rombo, oscuro y suave, pero que ha sido el preferido de muchas personas al comerlo con café por las mañanas.

"Cuando mi papá lo empezó a vender, lo hacía frente al jardín principal, acá en Atotonilco el Grande", señala orgulloso Jlaen, quien desde hace 47 años trabaja en la panadería que lleva su nombre y en donde se produce este pan, el cocol que, su nombre deriva del náhuatl cocolli, que significa “golpe”.

"La receta sigue siendo la misma, la innovación ha sido en los rellenos, pues ya los trabajamos con queso con zarzamora, queso con nuez, de cajeta con nuez, de queso; pero el tradicional y su base es de piloncillo y anís.

"También hacemos sus variantes que llamamos mestizas, que son redondas y se pueden acompañar con infinidad de alimentos como mole, frijoles, jamón con queso, pero también son piloncillo con anís, pero esos se pueden combinar con lo que sea", dice.

Jlaen es la cuarta generación de panaderos dedicados y especializados en el cocol, un pan que le ha abierto las puertas en toda la república mexicana y mismo que, de joven, negó dedicarse a su producción, "pero como dice el dicho, el pez por su propia boca muere".

"Salí de la prepa y me gustaba la panadería y me especialicé en pastelería fina y panadería tradicional y estudié mucho porque no quería vivir de los cocoles, tenía entre 17 y 18 años, pero como mi papá me achacó el trabajo, yo no quería, pero el cocol me ha llevado a muchos lugares, más que un tiramisú o cualquier delicia que pudiera hacer", expresa sonriente.

Señala que la pandemia disminuyó las ventas, ya que la gente no salía a las calles por el temor a contagiarse y dió un golpe a su producción, sin embargo, y después de los momentos más complicados de la emergencia sanitaria, las ventas han incrementado en un 60 por ciento.

"Nos estamos recuperando, las ventas aún siguen bajas porque nuestra mayor venta es del turismo y con la contingencia, la gente aún no sale mucho y apenas empieza a venir el turismo", expresa.

Y, para promover el turismo se realizará del 20 al 28 de agosto la Feria Patronal de Atotonilco el Grande junto con el Festival del Cocol, para que niñas, niños, jóvenes y adultos puedan disfrutar de este evento religioso, pero también festivo, en el que el cocol será el protagonista para hacer felices a los visitantes, porque habrá gran variedad, aunque ninguna como la que ofrezca Jlaen con sus productos que estará colocando recién salidos del horno, porque señala que, a pesar de que hay más de 20 productores de cocol, ninguno como él.

"El cocol no tiene competencia porque es un pan tradicional y pueden salir mil bocadillos de él, pero el cocol tiene su propia identidad en toda la república, y en este festival habrá cocoles hasta de dos metros que se realizan acá y yo horno, porque nosotros tampoco creemos en tener competencia, hacemos lo que sabemos y nos gusta hacer y nos sale muy bien, y para demostrarlo, invitamos a todos a que vengan a probar los mejores cocoles de México", concluyó.


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