El 15 de enero de 2023, Blanca Elena Hernández salió de comprar pan para encontrarse con que habían abierto su automóvil, del cual sustrajeron a su perro llamado Chiquilín, a quien desde ese momento ha buscado incansablemente, sólo para encontrarse con la indiferencia de las personas y la incapacidad de respuesta eficaz de parte de las autoridades que debían investigar el caso.
Fue sobre avenida Constitución en Pachuca, que Blanca había estacionado su automóvil, justo frente a la panadería Arcelia donde era cliente habitual.
“Bajé por pan, no me tardé ni cinco minutos”, y cuando salió halló su vehículo abierto y además de robar dinero, sustrajeron a Chiquilín, un perrito ya esterilizado de casi nueve años, quien se encontraba dentro de una transportadora roja con negro.
En su desesperación, Blanca acudió al establecimiento panadero, así como a la farmacia que se encuentra a un costado para solicitar información de las cámaras de vigilancia y ahí se encontró con el primer obstáculo, nadie quiso compartirle videos ni darle pistas de hacia dónde se fueron los o las delicuentes.
El único recurso que quedaba era interponer la denuncia correspondiente para que la autoridad solicitara dicho material, pero a pesar de haber asentado su denuncia con número de carpeta de investigación 12-2023-00829, el personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) no se ha presentado con ella ni en los locales para solicitar las videograbaciones de ese día.
“De la PGJEH me dijeron que me llamarían, pero nunca lo hicieron, nunca se me avisó de las cámaras del C5i. Volví a ir al lugar donde ocurrió todo y que borraron las cámaras de la cafetería porque las reinician, y después de 10 días me escribieron que ese domingo 15 de enero estaban sin funcionar”, recuerda con enojo Blanca.
“Hoy fue mi perro y se burlarán, pero era mi compañero. Esterilizado y viejito, ¿de qué les sirve? (...) ¿qué pasa con la solidaridad de los vecinos vigilantes? Nadie ve nada, por eso las mafias hacen lo que quieren. Me vi sola, me volví loca, me quedé en shock porque sólo fui por pan para mi familia como siempre”.
Agregó, “¿de qué sirve la denuncia? ¿A quién se le pide ayuda? Uno termina tocando puertas y nos las niegan como la panadería Arcelia o la Farmacia del Ahorro de Constitución (...) Que muchos se burlan de los perros, pero que piensen en si fuera un hijo o una hermana desaparecida y que nadie los ayude porque no es su problema, cero empatía en muchos pachuqueños”, así se siente Blanca después de haber vivido en la indiferencia de todos los espacios en los que acudió a pedir ayuda.
Por eso, pidió la solidaridad de las personas para que le ayuden a dar con el paradero de Chiquilín, un perrito cruza de chihuahua color miel con blanco, quien es su compañero y apoyo emocional; tiene una cicatriz en el estómago y problemas de cadera.
Denuncias sobre animales, desatendidas
Sobre este caso, las integrantes de Red Pro Animal señalaron que “es una pena total que escuchemos a legisladores y hasta a los titulares de la misma Unidad de Investigación de Delitos Especializados contra el Maltrato Animal que lo que se necesita en Hidalgo es reformar el Código Penal para subir las penas por actos de crueldad contra perros y gatos, cuando en primera instancia lo que necesitamos es que las autoridades y el Ministerio Público se dignen a atender las denuncias.
“En el caso del perrito sustraído de un automóvil, sabemos que se persigue por robo, sin embargo, al tratarse de un ser vivo, quien recibe la denuncia debió ponerse en contacto con la Unidad Especializada en casos de animales para que se investigue, porque podemos estar hablando de robo con fines de explotación de animales domésticos para después comercializarlos o para extorsionar a los tutores, en ambos casos hablamos de delitos de maltrato animal”, indicó la asociación.
Las animalistas señalaron que el robo de perros de raza en Hidalgo, pero sobre todo en Pachuca y área metropolitana, se encuentra al alza, “ya que los delincuentes se sirven de los vacíos legales y de la poca preparación de las autoridades para investigar estos casos”.
Por eso hicieron un llamado la titular de la Unidad de Investigación de Delitos Especializados contra el Maltrato Animal, Ana Lilia Martínez Hernández, para que sumado a sus planes de subir las penas por maltrato animal, se atienda con urgencia la necesidad de investigar oportunamente todo caso de este tipo y que no desestimen a las y los denunciantes, puesto que una de las quejas más recurrentes que reciben es que los ministerios públicos buscan siempre la manera de minimizar los casos de maltrato animal para no abrir siquiera la carpeta de investigación.
“Podemos ver el caso de Chiquilín que fue sustraído de un automóvil y en quince días la policía jamás se presentó a pedir los videos, se perdió tiempo sustancial para encontrar a este perrito porque no se toman en serio estas denuncias, por eso decimos, ¿de qué sirve subir las penas si lo más difícil es que las personas puedan interponer la denuncia, que las autoridades las escuchen?.
También está el caso de una señora que quiso denunciar el envenenamiento de perros en su colonia y cuando llegó al Ministerio Público en Pachuca le dijeron que si no tenía un nombre o un video no podía levantar la denuncia porque no sabrían por dónde empezar a investigar, ¿entonces cómo es que tenemos una Unidad de Investigación de no investiga? Y desestiman este tipo de casos y cualquier persona que haya perpetrado estos actos se siente en la libertad de seguirlo haciendo porque no hay repercusión ni pesquisas”, concluyeron las activistas.