El dilema de una Swiftie que casi pospone su boda por un boleto de Taylor Swift

“Taylor Swift le dio la cara al mundo. Fuerte y firme. Jamás permitió que la llamaran ‘Bitch’”, así recuerda Jules el lanzamiento de Reputation (2016), el álbum con el que la cantante resurgió de las polémicas y ausencias mediáticas. “Ahí conecté con ella como persona”, dijo.

En Taylor Swift vive el recuerdo de su mejor amiga Sari, una de las primeras víctimas del covid-19. Ahora un tatuaje en su muñeca y la canción Dorothea evocan con nostalgia los momentos que Jules compartió con su hermana, como así la llama.

El anuncio de The Eras Tour en México la tomó por sorpresa. Compró su boleto gracias a la ayuda de su prometido sin imaginar que ello le costaría un dilema que casi la obliga a decidir entre sus dos amores: su prometido o Taylor Swift.

Romance de canción de Taylor Swift

Su historia de amor pareciera estar escrita por la misma Taylor Swift en Love Story: “Cásate conmigo, Julieta. Nunca tendrás que estar sola. Te amo y eso es todo lo que sé”.

Las opiniones de terceros los convencieron de terminar una relación de seis años que habían comenzado a los 16 años. Y aunque se distanciaron por cuatro años, Jules confesó no haber encontrado en alguien más un amor igual al que sentía por su ahora prometido.

Fue hasta los 25 años que ambos volvieron a hablar. En un inicio mantenían comunicación vía redes sociales como viejos amigos, pero un infortunio los llevó a reencontrarse: “Un día me llamó y me dijo que su papá había fallecido y que me necesitaba mucho. El COVID se lo llevó”, dijo en entrevista con Milenio.

​Las citas se hicieron más recurrentes desde entonces. Entendieron que la vida era muy corta y retomaron su relación un año después. Para finales del 2022, Jules se encontraba atónita frente a su pareja quien con anillo en mano y arrodillado le pidió matrimonio en punto de la puesta del sol en Huatulco.

Jules y su prometido programaron la boda para diciembre del 2023. Pero el anuncio de The Eras Tour en México tambaleó sus planes, llegó la incertidumbre y un inesperado regalo casi la obliga a desistir de uno de sus más grandes sueños.

Un regalo y varias dudas

Como una Swiftie veterana (de más de una década en el fandom), Jules tenía la seguridad que los rumores de Taylor Swift en México se quedarían en eso, sólo rumores. Pero el anuncio del 2 de junio le cayó como un balde de agua fría.

Jules ya había destinado dinero a los preparativos de la boda: terminó de apartar el salón y, con apoyo de su prometido, liquidó el vestido de sus sueños. Poco después, y sin un peso en su bolsa, se enteró que Taylor Swift finalmente vendría a México.

Pese a sus pocas oportunidades, y dejándolo “en manos de Dios”, Jules se apuntó para la dinámica de Fan Verificado. Y si bien fue de las suertudas que obtuvo el código para la preventa, su situación económica la orillaba a renunciar a su sueño. Su prometido le regresó la esperanza.

“Ten amor. Aquí tenía un dinerito guardado. Úsalo para tu concierto”, le dijo su pareja. “¡Me volví loca. Estaba muy feliz!”, recuerda ella. Con eso aseguró su lugar en la zona más accesible del Foro Sol; su futuro esposo no estaba interesado en Taylor, así que optó por comprar un sólo boleto. 

“¿Por qué quitarle la oportunidad a un Swiftie de ir? Así me ahorro una lana”; pensó. El restante se invirtió en más preparativos de la boda y unos estudios médicos.

Sin embargo, su prometido flaqueó y el dinero empezó a escasear en la casa. “¿Le bajaron el sueldo? ¿Ayuda a su madre a los gastos? ¿Estará con otra?”, sospechaba Jules sin imaginar que la verdadera razón la pondría entre la espada y la pared.

¿A quién amo más?

Era día de revisar las facturas. Jules se ponía al tanto de las deudas que ella y su prometido cubren aportando la mitad de éstas. Y fue entre los papeles, números y cálculos que dio con la respuesta a sus incógnitas.

“El dinero que me dio para Taylor no era un ahorro, ¡Era un préstamo que le descuentan vía nómina! Y no me dijo nada”.

Jules confrontó a su prometido. Sabía que aquel crédito podría posponer la boda de sus sueños, la pareja tenía 30 mil pesos pendientes por pagar. Pese a ello, él se mantuvo firme; él quería que Jules gozara lo que por más de una década esperó y le insistió en ir al The Eras Tour.

Eso no la tranquilizó. No soportaba ver a su prometido lidiar por pagar ese préstamo. Quería que aquel “atorón” terminara pronto, pero el dinero escaseaba. A ese punto, el boleto de Taylor Swift era lo único valioso que los podía sacar adelante, aunque renunciar a él sería “como rechazar un regalo”.

Aún con la insistencia de su prometido y su madre, Jules estaba decidida a rifar su boleto para The Eras Tour. Sin embargo, temía que las múltiples estafas y el lugar “poco atractivo” la hicieran fracasar en su intento por recuperar el dinero. Decidió pedir ayuda en Facebook.

“Veo que hice mal por gastar el dinero, nos hace falta”, fueron algunas de las líneas del post que dejó en uno de los grupos de Swifties. Las respuestas variaron entre consejos, reproches y hasta insultos. Jules seguía en las mismas.

Temía que la rifa de su boleto no fuera suficiente, pero viajar a la CDMX para ver a Taylor Swift implicaba desde más deudas para ella y su prometido, hasta el aplazamiento de su boda. No podía permitirlo.

“Amo a Taylor con todo mi corazón, pero amo más a mi prometido. Él es mi sueño más grande y me remuerde la conciencia de que con la mano en la cintura gaste dinero que puede desahogar a mi prometido”.

​La inesperada bendición

El concierto se avecinaba y los rumores de que Taylor Swift ya estaba en México crecían. Jules seguía con la incertidumbre de rifar o no su boleto, hasta que llegó una inesperada “bendición”.

Su familia comenzó a enviar algunos obsequios de la mesa de regalos. Entre éstos venía un set de maletas que se les dio como bonificación por cierta cantidad de dinero; la rifa de ese kit les regresó los sueños casi perdidos.

Jules y su familia contribuyeron para la venta de los boletos del sorteo. El resultado superó los pronósticos tras obtener 10 mil pesos de la rifa, lo suficiente para saldar las deudas que ponían en riesgo su boda: “Siento que hay bendiciones que no ves venir, pero suceden”.

Ahora se alista para viajar de su natal Puebla a la capital mexicana. Con un outfit dorado y confeccionado por su propia madre, Jules asistirá al primero de los cuatro conciertos que Taylor Swift dará en México del 24 al 27 de agosto.

“Quisiera que Taylor supiera todo lo que el fandom está haciendo por ir. (...) Que supiera cuánto amor le puso mi novio y mi mamá a que cumpliera mi sueño”.

Sabe que es difícil que Taylor cante Dorothea, aquella que le recuerda a Sari. Pero no pierde la esperanza que las líneas de Love Story resuenen en el Foro Sol, y en diciembre del 2023 en su boda.