Para conmemorar el quinto aniversario de la explosión de un ducto de Petroleos Mexicanos (Pemex) en Tlahuelilpan, Hidalgo, que derivó en la muerte de 137 personas, familias y amigos de las víctimas organizaron una misa solemne que se celebrará en los terrenos donde se ubica el denominado memorial.
La parroquia local confirmó que la celebración eucarística se llevará a cabo a las cuatro de la tarde en los terrenos de San Primitivo, donde tuvo lugar la considerada mayor tragedia en la historia del estado de Hidalgo y donde los deudos aseguran que los apoyos gubernamentales, pese a que fueron ofrecidos por autoridades, han sido escasos o nulos.
Así lo afirmó Mary Guerrero, quien perdió a su hijo el día del explosión, pues “con el tema de los apoyos nada más lo traen a uno para arriba y para abajo, no sabemos de eso, nunca nos han informado o llamado a una junta” comentó para Milenio mientras realizaba labor de limpieza en la capilla que construyó en memoria de su ser querido.
Los familiares coinciden en que el memorial se ha construido con recursos propios y con colectas que se han desarrollado entre vecinos del lugar y comerciantes del rubro de la construcción, quienes han realizado aportes, lo que se suma al respaldo que ofrece un comité creado entre familiares de los difuntos.
Integrantes de la familia Contreras, quienes sufrieron la pérdida de dos personas durante la explosión generada en la toma clandestina ubicada en el kilómetro 226 del oleoducto que va de Tuxpan hacia Tula, compartieron que las actividades laborales y la importancia de obtener recursos para la manutención, no permiten que las personas den seguimiento a determinados apoyos.
A cinco años de la tragedia, una de las hipótesis mediante la cual se explica el origen de la eventualidad es la acumulación de gases emanados del hidrocarburo, que provocó la detonación luego de un chispazo probablemente originado por electricidad estática que se genera al frotar la ropa.
“Fue ocasionada por la instalación rudimentaria de una toma clandestina en el ducto de 14 pulgadas de diámetro con la finalidad de extraer ilegalmente el combustible. Debido a la fuerte presión del hidrocarburo y al poco conocimiento técnico en la manipulación de esas tuberías, rápidamente se salió de control y el liquido comenzó a brotar masivamente elevándose varios metros” explica el Gobierno Federal en un documento publicado con motivo del tercer aniversario del suceso.