Ursus come manzanas, ninguna se le escapa y trata de atraparlas con sus enormes garras que utiliza para enterrar la fruta y echársela a su hocico.
Se sienta sobre sus cobijas de algodón que le han colocado, mientras que durante su día escucha los rugidos de Baguera, Balam, Athenas y Nala, los enormes felinos que están en recuperación o a punto de ser trasladados a un hábitat mejor, dentro de la Fundación Invictus, que se ubica en Pachuca.
“Ursus es fuerza, un oso fuerte, tenaz, glotón, son de esas criaturas fuertes que no se acobardan por nada y atraviesa obstáculos sin problema”, describe Érick Acoltzin Chávez, coordinador de Área de Bienestar Animal y Ecología de la fundación Invictus.
Hace poco más de cuatro meses, Ursus bajó junto a su mamá y a su hermano a una zona residencial recién construida en el municipio de Santiago, Nuevo León, y fue baleado por los habitantes del lugar y, pese a que quiso alcanzar a su familia, no pudo hacerlo por la gravedad de sus heridas, y fue cuando se solicitó el apoyo de la reconocida fundación en Hidalgo para salvar al osezno, después de la lucha que libró para sobrevivir.
“En cuanto fuimos por él, en un viaje de 24 horas, de Pachuca a Monterrey y de regreso, se empezó con un tratamiento para revertir algunas situaciones porque tenía una anemia muy marcada y era evidente por falta de plasma que perdió por caminar en la montaña, y ya sin poder mover las piernas.
“En Invictus tiene tratamientos de células madre, todos los tratamientos de medicina integral regenerativa que hemos aplicado y una terapia de antibióticos suficientemente buena para sus condiciones, porque no podríamos meter un antibiótico fuerte por las condiciones en las que estaba, y es por eso que tuvimos que empezar a recuperar físicamente y que esos estudios estén mejor”, indicó.
Después de ello recibirá una terapia de antibióticos más fuertes, “y sobre todo se han recuperado las heridas, ya que era el principal punto de atención y vamos adelante, aunque no estamos del todo con las heridas, pero tenemos bastantes indicios de que van a cerrar bien las heridas, sobre todo de su pierna derecha”, explicó Acoltzin Chávez.
Oso espera cirugía de patas
La siguiente fase será la cirugía de sus patas, por lo que en este momento desean que tanto su salud, así como las heridas se encuentren lo mejor.
“No podemos echar las campanas al vuelo”, por lo que señalan que serán cautos y el pronóstico de Ursus es bueno, sobre todo en esta primera etapa en la que se evitó que muriera por las condiciones en la que hallaron al oso en ese momento.
“Ya está en proceso esa segunda fase, es el pre de la cirugía y son los preparativos para llevarla a cabo, y que Ursus tenga las condiciones físicas para que él pueda aguantarla, que sus estudios salgan de la mejor manera y que sus articulaciones se presten a la oportunidad de poder reconstruirlas, sobre todo la derecha.
“Estamos en espera de que el grupo médico que está debatiendo en estos momentos el cómo se llevará a cabo la misma, porque es algo complicado, ya que se trata de una cirugía de alta especialidad, única ,y nunca se ha hecho para un oso, así que esperaremos que el grupo de ortopedistas digan que ya está todo listo”, refirió el coordinador de la fundación Invictus.
Es así como Ursus, mientras espera esta cirugía, se alimenta diariamente con carne, pollo y vísceras porque tienen vitaminas esenciales para su nutrición, además de que come 27 por ciento en proteína cruda, lo que ha provocado que gane bastantes kilos y hoy pese 60.
Oso no regresará a Monterrey
Cuando se recupere en su totalidad, esperando que sea en algunos meses, el oso no volverá a Monterrey, sino que será trasladado al santuario más grande del planeta que se ubica en Denver, en la ciudad de Colorado, en Estados Unidos.
“Estará en cautiverio en grandes extensiones de 19 hectáreas, en donde estará monitoreado y atendido, donde va a vivir libre, pero con ciertas condiciones y tendrá monitoreos cercanos”, concluyó.