Con poca gente, de manera hermética y sin misa, fue como se llevó a cabo el funeral y entierro de Mauricio Romero, una de las víctimas y dueño del restaurante donde explotó una bomba en Salamanca.
El cuerpo fue velado desde el lunes por la tarde en la funeraria Salamanca, a donde sólo llegaron los familiares y amigos más allegados pese a que era una persona muy querida en el municipio.
También llegaron arreglos florales y coronas para despedirlo a la una de la tarde con un acto simbólico, pues el fallecido no quería misa.
A unas cuantas cuadras del lugar se llevó a cabo el funeral de su amigo y compañero de proyectos, Mario Alberto Hernández, de quien su familia también pide justicia para que se esclarezcan los hechos, pero sobre todo para que los índices de inseguridad disminuyan en el municipio.
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“Como fueron los hechos estamos muy dolidos, estamos en shock todavía, no lo podemos creer, yo les pediría que nos dieran un poco de tiempo para asimilar esto, lo único que digo es gracias porque están aquí por su trabajo, por un interés, por lo que le pasó a mi hermano y a Mauricio la otra persona”, comentó una mujer desde el anonimato.
Agradeció a nombre de su familia el apoyo que se ha dado a través de las redes sociales y los medios de comunicación ya que dijo esto no puede seguir pasando, matar a gente inocente.
Incluso a través de las redes sociales están pidiendo ayuda económica ya que dijeron que es un gasto fuerte, pues su mamá y un menor dependían 100% de él, por lo que van a ver cómo se apoyarán como familia, pero primeramente de manera moral porque no es fácil que una madre pierda a su hijo sobre todo en estas condiciones.
Dijo que una vez pasando el trago más fuerte que es el entierro, darán una versión a los medios y a la sociedad sobre todo detallando el tipo de personas que eran los fallecidos.
“Lo único que les puedo decir es que esa persona que está ahorita en ese ataúd no merecía morir así, que era una buena persona, siempre ayudando al prójimo, siempre ayudando a su familia, con mucha buena vibra, siempre vacilando, siempre bromeando, con mucho amor, es lo único que yo les puedo decir”, comentó.
En ambos puntos se encontraban elementos de la Secretaría de Seguridad Pública custodiando los lugares, incluso, en el cortejo fúnebre de Mauricio Romero tuvieron seguridad en todo momento hasta que llegaron al panteón privado.
Los familiares mencionaron que temen por su seguridad después de lo ocurrido, pues de manera general se vive una crisis de violencia en Salamanca, pero ahora con estos hechos todo se ha salido de control.
Incluso algunos de ellos se han tenido que salir del municipio y buscar paz en otras ciudades, sin embargo, dijeron que dejar a sus familiares que no se pueden salir del municipio petrolero les genera angustia.
La mujer aclaró que el regalo era para Mauricio, pues aunque los dos cumplían años en la misma semana, el arreglo tenía el nombre del dueño del lugar por lo que eso puede ser una línea de investigación.
Sin embargo comentó que la muertes de las dos víctimas lo toman como un sacrificio, pues si el regalo hubiera entrado al restaurante se hubieran perdido más vidas.