Vender pantalones resulta ser más lucrativo que ingeniería industrial

Empezó en la pandemia, con una inversión de 5 mil pesos, dinero al que estuvo dándole la vuelta todo el año, con constancia, y le fue bien solo en los tianguis, no tenía ventas en línea

Quirino nació en el corazón de la huasteca hidalguense. (Alejandro Evaristo)
Alejandro Evaristo
Pachuca /

Quirino Bautista Castillo es ingeniero en agroindustrias, pero en el último año se ha dedicado a la venta de ropa y está convencido de que ese es el camino para desarrollarse y sacar adelante a su familia. ¿Sus razones? En Hidalgo no hay trabajo para su especialidad y los pocos que encuentra están muy mal pagados; además, reconoce, “mi carrera es redituable, pero tenemos que salir de nuestro estado y buscar emplearnos en ciudades como Querétaro, Monterrey o en alguna otra metrópoli”.

Vender pantalones es su emprendimiento. (Alejandro Evaristo)

Él se dedica a la comercialización de pantalones para dama y caballero que adquiere en promociones, ventas de saldos y tiendas de fábrica, así asegura obtener el mejor precio e incrementar las ganancias de este negocio que, pese a no parecerlo, resulta ser bastante lucrativo.

La historia

Quirino nació en el corazón de la huasteca hidalguense y desde Huejutla se trasladó hasta la zona centro del estado para estudiar en la Universidad Politécnica de Francisco I. Madero, en Tepatepec, donde concluyó su carrera.

Estuvo un tiempo desempleado y ya con la responsabilidad de mantener a su familia, decidió iniciar un pequeño negocio en casa, donde vendía hamburguesas, hotdogs y algunos otros alimentos, incluso parrilladas, pero luego llegó la pandemia y todo se vino abajo. Apenas sacaban lo justo para el día a día, así que decidió seguir el camino de la mayoría de los miembros de su familia: el comercio de ropa.

Empezó en la pandemia, con una inversión de 5 mil pesos, dinero al que estuvo dándole la vuelta todo el año “constancia, constancia, y me fue bien solo en los tianguis, no tenía ventas en línea”. Entonces, recuerda, “no tenía a alguien que me ayudara, empecé solo, emprendí solo, ahorita ya conseguí a una o dos personas que me ayudan, pero empecé solo y no me resultó difícil”.

Hoy tiene 28 años y es el orgulloso padre de una pequeña y de ninguna manera se atrevería a dejar su actual actividad.

“Me decidí por la ropa porque tengo familia que se dedica a fabricar pantalón y en algún momento me invitaron a invertir y pues tomé la decisión y así empecé hace un año, con eso de los pantalones, a venderlos en los tianguis”.

Uno le puede encontrar en Actopan, en el tianguis de las chácharas; en Maguey Blanco, en Ixmiquilpan, que es en el que más vende y mejor le va, así como en los tianguis nocturnos de Tuzos, La Providencia y el Saucillo, en Mineral de la Reforma y en algunos de ellos, además de pantalones, también ofrece playeras, camisas y bermudas.

De haber iniciado un emprendimiento propio con los conocimientos adquiridos en su carrera profesional, reconoce, habría tenido que destinar una considerable suma de dinero, pero “como me va mejor aquí que allá, ya no tengo interés en ello, ya no me interesa de plano ejercer mi carrera, mis planes son otros: poner varias tiendas, ya tenemos una tienda física en Mixquiahuala, estamos pensando abrir una en Tepatepec y tal vez otra en Progreso, abarcar más lugares solo en Hidalgo”.

Procesos y relaciones

Los pantalones que vende son saldos de fábrica, no son productos de línea, por eso a él le salen mucho más baratos y puede ofrecerlos a precios bastante competitivos y aun así puede tener ganancias de hasta 50 por ciento por cada pieza.

“Vamos a las fábricas para conseguir el mejor precio, directamente con los fabricantes para conseguirlo, pero para poder llegar a las fábricas necesitas estar recomendado, no es nada más llegar así porque están escondidas pue son cuentan con un local como una farmacia que puedes ver desde lejos; a veces no puedes ver o identificar la fábrica, tienes que ir con alguien que ya sabe cómo llegar, que ya sabe con quién dirigirse adentro porque finalmente las fabricas tienen gerentes de venta que tienes que ir conociendo o ir recomendado por alguien para que te puedan atender”.

Precisamente por eso se le facilitaron las cosas, porque ya tenía esas relaciones.

Además, no quiere estar desfasado ni de la tecnología ni de las nuevas tendencias de venta, por eso lleva ya algunos meses trabajando en el desarrollo de una marca personal para su comercio que contará evidentemente con su logotipo, imagen y redes sociales, a las que piensa incursionar con todo para mejorar su negocio y posicionarlo.

El mensaje

Para Quirino no hay vuelta de hoja, como ya se mencionó, está más que convencido de que ha elegido el mejor de los caminos y por ahí seguirá, abriendo mercado y buscando nuevas alternativas para vender, especialmente en la zona sur del estado, porque no quiere competir con su familia en la zona norte, donde ya se han acreditado y cuentan con tiendas y ventas en gran parte de los municipios de aquella zona, especialmente en San Felipe Orizatlán, Huejutla y Tlanchinol.

“Voy a seguir en los tianguis porque es una actividad que a mí me gusta. Por más de que tenga tres o cuatro tiendas seguiré en los tianguis porque ahí crecí, mi mamá se dedicó como 35 años a la venta de ropa y de pantalón y con ella aprendí”, dice convencido.

Y también tiene un mensaje para la gente que quiere emprender y que tiene temor a hacerlo: “tienen que saber que todo se puede en esta vida, que tienen que echarle ganas, solamente se necesita constancia”.

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