Panteón de Pachuca: familias acuden a dejar flores y a pasar un rato con sus seres queridos

Crónica. Llevan flores para adornar y palas arreglar las tumbas de sus familiares, de los seres que ya no están a su lado y ahora viven en su recuerdo y descansan entre la tierra.

Panteón municipal de Pachuca se alista para Día de Muertos. (Alejandro Reyes)
Alejandro Reyes
Pachuca /

En unas horas será Día de Muertos y el panteón municipal de Pachuca ha abierto sus puertas. La pandemia del covid-19 sigue, no ha terminado, pero las autoridades de salud y el Ayuntamiento han hecho una concesión y permitieron el acceso de las personas.

Una unidad de la policía municipal, dos ambulancias y una grúa resguardan el acceso. Están pendientes de cualquier situación que se pueda presentar este sábado 30 de octubre, el penúltimo antes de la llegada de los fieles difuntos.

El hombre bajito y con cubrebocas en la puerta del cementerio da gel antibacterial a los visitantes, uno de los requisitos obligatorios para entrar. Este año no se ha colocado el tradicional arco de cempasúchil pero sí lonas de color morado y anaranjado en las que se lee "Día de muertos 2021".

El año pasado, cuando el virus del covid infectaba a miles de personas y quitaba la vida de muchas más el panteón de Pachuca permaneció cerrado. Las familias no pudieron visitar a sus difuntos. Este año es diferente, han regresado para recordar a los suyos junto a sus tumbas.

Las personas cruzan el arco blanco del cementerio y se pierden a lo largo del camposanto. Llevan flores  para adornar y palas arreglar las tumbas de sus familiares, de los seres que ya no están a su lado y ahora viven en su recuerdo y descansan entre la tierra.




La estancia acá es solo de 40 minutos, en grupos de personas reducidos, con cubrebocas y gel antibacterial, son los requisitos obligatorios de la reapertura del panteón para los días de muertos de este año. La mayoría de la gente usa gorra y sombrero. La furia del sol de medio día es incontenible.

Los familiares suben por el acceso principal del panteón a pie, en auto, en camionetas y en motocicleta para encontrarse con las tumbas de sus muertos. Unos llegan y otros se van. Las flores se quedan en las lápidas, las colorean en sus cuatro esquinas con el anaranjado del cempasúchil y el morado de la mano de león.

En poco más 24 horas será Día de Muertos y las personas aprovechan para venir al cementerio antes, a arreglar las tumbas, quitar la hierba, las ramas secas, colocar flores y recordar a los que ya no están con ellos en este mundo.

Después de hacer lo mencionado, las personas se quedan de pie frente a las tumbas, sumidas en sus pensamientos, en los recuerdos del pasado de quiénes los dejaron, papás, mamás, hermanos, hermanas, tíos, esposas, esposos, familiares.

Este día no hay grupos musicales en la entrada que vendan su música por pieza o por hora para recordar a los muertos en sus tumbas, quizá sea porque el 1 de noviembre sea dentro de dos días y entonces sí vendrán. Solo hay un músico que ensaya con su guitarra en la entrada en espera de que alguien pague por sus acordes.

Aunque las personas vienen a visitar a sus muertos hay tumbas que están solas, que no tienen flores ni han sido arregladas. Tal vez sus familiares vengan mañana, el 1 o el 2 de noviembre. Tal vez no vengan.

La tarde aún es joven y el sol no tiene piedad. Salpicadas entre las tumbas siguen las personas con los suyos, con los que estuvieron y ya no están, con los que compartieron un momento en vida y solo se han adelantado en el camino. El lunes será Día de Muertos.

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