La vida le sigue sonriendo a Tom Brady. No conforme con sus seis anillos conseguidos con los Patriotas de Nueva Inglaterra, el mariscal de campo de 43 años lideró a los Bucaneros de Tampa Bay en la victoria 31-9 sobre los Jefes de Kansas City.
Una noche quizás no reñida como se esperaba, pero sí histórica: no solamente Tom Brady ya es más ganador que cualquier otra franquicia en la NFL, también hizo que los Bucs fueran el primer equipo en la historia que juegan y ganan el Supertazón en su propio estadio: el Raymond James Stadium.
“De parte de la NFL agradecemos a la ciudad de Tampa por un Super Bowl que nunca olvidaremos. El trofeo Vince Lombardi se queda con ustedes”, fueron las palabras de Roger Goodell, comisionado de la NFL, al momento de entregar el trofeo Vince Lombardi al equipo ganador.
La organización se portó a la altura de las circunstancias, al punto de que siempre hubo confianza para hacer las cosas bien. “Realmente no era tan improbable (ganar el Super Bowl), cuando piensas en cómo son estos chicos tan profesionales”, reconoció Bruce Arians, head coach de los Bucaneros y el entrenador más longevo en ganar el trofeo, con 68 de edad.
Incluso la advertencia ya fue hecha: no se tiene pensado el retiro. Se volverá para repetir la hazaña. “Diablos, no, no voy a ir a ninguna parte. Voy a volver, tratando de conseguir dos (Supertazones)”.
No es el único que ya voltea hacia enfrente. Chris Godwin, receptor de los Bucs, afirmó su confianza en el veterano lanzador, incluso recordó que le cedió su número 12, a cambio de un anillo de campeón. La promesa se cumplió.
“Brady me dijo: ‘te daré un Super Bowl a cambio del 12. Al final entendí que estamos hablando del maldito Tom Brady, la leyenda. Debía tener ese detalle con él para darle la bienvenida. Así es que me aferraré a su palabra”.
Una vez más, Brady demostró su enorme visión de campo y su lectura contra las defensivas rivales. El equipo controló de principio a fin y fue el mejor.
“(Tom Brady) nos decía qué esperar de Kansas City, decía que no eran buenos para taclear y eran el 31º en tacleadas y yardas tras recepciones”, aseguró Leonard Fournette, quien anotó el único touchdown que no hizo el ex Patriota, al lanzarle dos TDs a Rob Gronkowski y uno a Antonio Brown.
Pero no solo eso: se demostró que en este equipo no hay lugar para egos. Todos trabajan para un mismo propósito y se logran los grandes resultados. Esa fue la fórmula que funcionó en Nueva Inglaterra y que también le resultó en Tampa Bay, con solo un año de aplicación.
“No hay nadie egoísta en este equipo. En general, en toda la organización, no hay nadie que sea egoísta aquí”, comentó Rob Gronkowski, contento por haber hecho historia esta noche. “(Ganar el Super Bowl en casa) se siente increíble, se siente tremendo, es simplemente una historia increíble”.