La carrera del Mariscal de campo Tom Brady, plagada de éxitos en la NFL, no ha quedado exenta de cuestionamientos por parte de la prensa de los Estados Unidos y aficionados al deporte de los emparrillados, pues al ser participe de situaciones aún lo cuestionan si es el mejor jugador de todos los tiempos, es decir, superar a Joe Montana, sombra que lo persigue.
El atleta de 43 años, quien este domingo jugará con los Bucaneros de Tampa Bay su décimo Super Bowl ante los Jefes de Kansas City, se ha envuelto en diferentes escándalos en su etapa en los Patriotas de Nueva Inglaterra, tanto directa como indirectamente, además de las derrotas obtenidas en el gran juego.
En el 2007, la escuadra fue acusada por los Jets de Nueva York de espionaje, al grabar las bancas durante los partidos de temporada regular. Fueron multados y se les quitó una primera ronda colegial.
Pero donde sí participó directamente Brady fue en el llamado Deflategate, cuando posterior a la final de la Conferencia Americana contra los Potros de Indianápolis, en el 2015, se comprobó que desinfló los balones, lo cual le permitió a los Patriots ganar. Tras esto, el comisionado Roger Godell le aplicó una sanción de cuatro juegos de suspensión.
Todo esto contrasta con Montana, cuanto veces ganador de un anillo de Super Bowl, invicto en este juego y alejado de la controversia en su carrera con los 49ers de San Francisco y en su breve paso por Kansas City.
Sin embargo, en la edición 55 del juego por el título de la liga, Brady tiene la oportunidad de sacudirse por completo esa sombra y no dejar dudas de quién es el mejor jugador de la historia. Queda en él y en los Bucaneros consumarlo.
FCM