“La salud del hombre y la Tierra son la misma salud”. Yo comprendí esta relación hace más de 30 años cuando tuve la oportunidad de vivir en un bosque de Oregon, EE. UU.
Desde entonces he trabajado de diversas formas para apoyar los esfuerzos encaminados a proteger al Medio Ambiente, ya que aún, por utópico que sea, si pudiéramos superar todos los problemas sociales y humanos, sin un planeta en condiciones de sostener nuestra existencia física y espiritual, los seres humanos no somos un proyecto viable a largo plazo.
El 5 de junio de 1974 fue celebrado por primera vez el Día Mundial del Medio Ambiente como el vehículo principal de las Naciones Unidas para generar conciencia. Este año el centro de las principales actividades será Colombia en asociación con Alemania y el tema será “Celebremos la Biodiversidad”.
Hoy más que nunca ante la situación con el covid-19, un mayor número de personas estamos comprendiendo la importancia de respetar a las demás especies. Los ecosistemas naturales bien conservados y en equilibrio, no sólo regulan el clima del planeta, nos proveen del agua que beben nuestros hijos, del aire que sustenta nuestro aliento de vida, son refugios para aquellos pocos de nosotros que a veces necesitamos recordar el significado de la palabra “silencio”, sino que además fungen como barreras biológicas que mantienen a raya enfermedades que ni siquiera sabemos que pueden existir.
La biodiversidad es la riqueza de la vida en nuestro planeta. Todas las especies con las que hoy coexistimos tienen un enorme mérito por haber llegado hasta este momento de la historia y aún estamos en proceso de comprender su relevancia, pero desafortunadamente nuestra forma de vida actual está siendo sumamente destructiva.
Nunca en la historia de nuestro planeta una especie había provocado la extinción masiva de otras como lo estamos haciendo nosotros. Durante los próximos 100 años nuestros hijos podrían ver desaparecer el 50% de todas las especies del planeta.
De acuerdo al experto en conservación, el Dr. Stuart Pimm de la Universidad de Duke, cada año una especie por millón debería extinguirse naturalmente, pero en las próximas décadas, los seres humanos podríamos estar provocando una extinción mil veces más acelerada.
En el conteo del 2019, aproximadamente un millón de especies de plantas y animales están en riesgo de extinguirse debido a las actividades humanas.
Es un problema tan grande que la mayoría de las personas prefiere simplemente ignorar y eso es un crimen (literalmente). Todos somos parte del problema y justamente por ello podemos ser parte de la solución.
Cuando alguien no sabe qué hacer, yo siempre recomiendo empezar con tres cosas:
Informarse. Cada vez hay más recursos para ello. Si te gusta el cine y los buenos documentales, recomiendo Racing Extinction, creada por el ganador del Oscar Louie Psihoyos. Entender lo que está pasando es el inicio para hacer cambios y tomar decisiones en dirección correcta.
Haz un cambio en tu vida diaria, en tus hábitos de consumo. Por ejemplo, ¿sabías que la ganadería genera más gases de efecto invernadero que todo el sector de transportación en el mundo? Si cada estadounidense dejara de consumir carne y queso un día a la semana por un año, eso sería equivalente a sacar 7,600,000 autos de circulación.
Apoya a quien está haciendo algo significativo. Hay organizaciones fuertes con gente muy preparada. Recomiendo Panthera.org que protege ecosistemas clave de felinos silvestres en más de 40 países incluyendo México. Si no puedes aportar recursos económicos, puedes ayudar a pasar la voz y contagiar de lo bueno que se puede hacer.
En nuestras acciones está la clave, el cambio depende de nosotros, no se espera, se hace.
Por último, te invito a escuchar un podcast que hice en el 2008, en el cual doy lectura a la carta del jefe indio Seattle a Franklin Pierce, entonces presidente de EE. UU., considerada por muchos, como la declaración más bella que jamás se ha hecho respecto al medio ambiente:
Página oficial del Día Mundial del Medio Ambiente 2020: www.worldenvironmentday.global/es
RRR