Ai-Da es descrita como una de las artistas más exaltantes de nuestra época. Pero su esencia la distingue de sus pares: Ai-Da es una robot humanoide dotada de inteligencia artificial.
La tecnología de aprendizaje autónoma le permite crear obras de arte y la universidad de Oxford, en Inglaterra, expone por primera vez sus dibujos del 12 de junio al 6 de julio.
"Es totalmente algorítmica (...) totalmente creativa", dijo su artífice, el marchante de arte Aidan Meller mientras la artista-robot, vestida con una bata de pintor y tocada con una peluca oscura, esboza su retrato.
"No piensen que es una impresora muy cara: no sabemos qué va a hacer", subraya. Cuarenta y cinco minutos después aparecía su rostro sobre el papel, dibujado con hábiles trazos de lápiz.
Para dibujar, Ai-Da se sirve de sus ojos, dos cámaras que capturan todo lo que se encuentra frente a ella. Después, un ordenador interno y su tecnología de inteligencia artificial traducen las informaciones capturadas en coordenadas que le permiten reproducir una imagen.
Otros dibujos realizados por Ai-Da decoran las paredes de la galería de arte de Aidan Meller, entre ellos bocetos a lápiz de figuras históricas como el artista y científico Leonardo da Vinci o el matemático Alan Turing, pionero de la ciencia informática.
También se exponen ahí pinturas y esculturas realizadas por artistas humanos a partir de los esbozos de Ai-Da.
Y es que, de momento, Ai-Da solo puede sostener con su brazo robótico algunos tipos de utensilios, como los lápices, pero no los pinceles y mucho menos las herramientas para esculpir.
El espíritu de su época
Aidan Meller empezó a soñar con este proyecto hace ocho años y bautizó a su robot en homenaje a la pionera inglesa de la ciencia informática, la matemática y escritora del siglo XIX Ada Lovelace.
El denominador común entre todos los grandes artistas es haber sabido captar el espíritu de su época, justifica. En el siglo XXI, dicho espíritu se encarna, afirma en la inteligencia artificial.
La concepción de este proyecto empezó en 2017 y terminó en abril pasado, con la ayuda de Engineered Arts, una empresa de robótica británica, e investigadores de las universidades de Oxford y Leeds.
Y le dieron una apariencia femenina, como deseaba el director de la galería, para quien en el mundo de las artes y de la programación las mujeres están infrarrepresentadas.
Ai-Da "tiene una imagen, es un avatar, es ficción y es real", se entusiasma su conceptor.
Meller espera que Ai-Da sea también capaz algún día de comunicarse intuitivamente y tal vez de describir sus propias obras de arte.
Y aunque depende de la tecnología, el marchante asegura que su producción artística es también altamente creativa.
"Está dotada de increíbles tecnologías y de competencias para producir obras remarcables, innovadoras", insiste, señalando que no hay dos de sus trabajos que sean idénticos.
Discreto sobre el costo total del proyecto, Meller dijo que la venta de las obras de Ai-Da permitió financiar su fabricación: la totalidad de las piezas vendidas supera ya el millón de libras (casi 25 millones de pesos).
RV