Aleph: el Google de la 'deep web'

Este motor de búsqueda clasifica los sitios y documentos encontrados en la también conocida como 'dark web' donde venden armas, drogas y más.

Aleph cataloga el contenido de la 'deep web'. (AFP)
AFP
Lyon /

Un "Google de la deep web" para buscar entre las entrañas oscuras de internet, donde se pueden comprar armas, drogas o códigos de tarjetas de crédito. Esta es la herramienta que desarrolló una start-up francesa que no debe caer en manos equivocadas.

"Hemos hecho un inventario de casi todo el deep web", afirma Céline Haéri, cofundadora de Aleph Networks, en una entrevista en los discretos locales de la compañía cerca de Lyon, en el corazón de la región vinícola francesa del Beaujolais.

Aleph afirma que rechazó entre 30 por ciento y 40 por ciento de las solicitudes de licencia, basándose en las recomendaciones de un comité de ética y de los consejos de sus clientes gubernamentales.

Una herramienta semejante no puede caer en manos equivocadas. Además, en los regímenes totalitarios la resistencia se organiza a menudo en la deep web, señala su marido y director general de Aleph, Nicolas Hernández.

La mayoría de los usuarios de internet nunca se aventuran más allá de los límites de los sitios que se encuentran fácilmente y a los que se accede con la navegación casual.

Pero la gente que busca el anonimato pueden acceder a este universo oscuro a través de programas fácilmente disponibles como The Onion Router (TOR) o I2P.

Pero una vez allí, no se puede ir más allá si no se tiene la dirección exacta de la página que se busca, es decir una secuencia aleatoria y larga de números y letras terminada en ".onion" o ".i2p".

Como Google, Aleph es un motor de búsqueda que indexa páginas internet en 70 lenguas diferentes. En cinco años, la start-up ha identificado 450 millones de documentos en 140 mil sitios.

Cuando Céline Haeri utiliza su software para buscar "Glock" y "bitcoin" aparecen instantáneamente varios sitios donde se venden estas pistolas alemanas en la moneda virtual que en teoría es imposible de rastrear.

Una búsqueda de Cesio 137, un elemento radiactivo que podría ser utilizado para crear una bomba nuclear "sucia", revela 87 sitios en la deep web donde éste puede ser comprado, mientras que otra página explica cómo hacer explosivos o una bazuca casera.

"Algunos incluso tienen un sistemas de estrellas en función de la satisfacción del cliente", dice Hernández. 
"Sin un motor de búsqueda, no se puede tener una visión completa" de todos los sitios ocultos, afirma Hernández.

Él y un amigo de la infancia crearon esta empresa. Inicialmente recaudaron 200 mil euros (228 mil dólares), pero estuvieron a punto de cerrar varias veces antes de encontrar un cliente entusiasta: los militares.

"La dirección general de adquisición de armas y tecnología del ejército francés nos encontró. Dos días después del ataque contra Charlie Hebdo nos pidieron una demostración", cuenta Haéri, en referencia a la masacre de 12 personas en 2015 en las oficinas de la revista satírica en París.
"El ejército es particularmente sensible al discurso que consiste en decir que si no se conoce un territorio, como es el caso en la dark web, éste no puede ser dominado", añade Haéri.

Riesgos éticos

Aleph planea añadir pronto capacidades de inteligencia artificial a su software, que reconocería imágenes como los rifles Kalashnikov o las víctimas de abuso infantil, o alertaría a las empresas sobre posibles infracciones de derechos de autor. Se espera que sus ingresos se sitúen en torno a los 660 mil euros este año, cifra que espera duplicar en 2019.

Esto fue atraído la atención de los inversores a medida que Aleph intensifica sus esfuerzos para añadir más clientes del sector privado a su lista de clientes gubernamentales.

Pero en cuanto más personas y empresas empiezan a utilizar el motor de búsqueda de Aleph, aumenta el riesgo de que las organizaciones criminales o los gobiernos hostiles finalmente obtengan acceso.

Hernández dijo que el desafío será crecer mientras se establecen pautas claras para manejar las espinosas cuestiones éticas, pero insistió en que permanecerá vigilante.


RL​

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