Guy Mentel, director ejecutivo de Global Americans, aseguró que las campañas de desinformación, así como las noticias falsas que se comparten a través de redes sociales, refuerzan la influencia política de regímenes no democráticos.
Durante la presentación de los resultados del estudio El impacto de las noticias falsas, desinformación y propaganda en América Latina, en el que especialistas de varias instituciones educativas de la región monitorearon el fenómeno durante 16 meses, Guy Mentel detalló que la desinformación fluye por varios canales y permea en todas las capas sociales.
El especialista destacó que uno de los objetivos del estudio dirigido por Global Americans en Washington, fue detectar las fuentes, patrones y redes que propagan y potencializan las campañas de desinformación.
“La razón por la que hicimos el estudio es que en la actualidad, las nuevas formas de influencia política se han endurecido a través de campañas de desinformación en los medios y patrocinadas por el estado, suelen ser parte de una estrategia de regímenes no democráticos”, dijo Guy Mentel.
Asimismo, consideró que para contrarrestar los efectos de la desinformación en la sociedad, es primordial conocer los ejes que motivan las campañas.
“Para contrarrestar esta amenaza a corto y largo plazo y mantener las normas legales y democráticas y los valores de transparencia, sistemas políticos abiertos y derechos humanos, primero es necesario comprender las fuentes, los métodos, objetivos de esas campañas de desinformación”, aseveró.
De acuerdo con el especialista de la think tank estadunidense, dichas campañas son utilizadas por países autoritarios con el objetivo de manipular a la sociedad.
“Las campañas de desinformación en América Latina se caracterizan por el uso del Sharp Power. Es un nuevo fenómeno que a menudo es utilizado por países autoritarios con el objetivo de distraer, atraer y manipular las masas en países democráticos creando una imagen positiva del gobierno. Asimismo crea controversias dentro de la sociedad”.
De esta manera, el director de Global Americans destacó que el estudio se centró en las campañas impulsadas por medios oficiales y de propaganda de Rusia y China, que fueron visibles en diferentes modalidades en la región.
“La investigación descubrió que los esfuerzos chinos se centraron en gran medida en la promoción del modelo económico chino y las narrativas de solidaridad, mientras que la propaganda rusa fue particularmente activa en retratar positivamente su vacuna Sputnik, con sus operaciones de desinformación buscando empañar las vacunas estadunidenses y europeas”, dijo.
La investigación se realizó en equipos de centros de referencia en la región con metodologías para estudiar el fenómeno de la desinformación. Entre ellos se encuentran el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), México; el Centro para la Apertura y Desarrollo en América Latina (CADAL), Argentina; Medianálisis, en Venezuela, y Universidad del Rosario, en Colombia.