China ha desplegado la tecnología de reconocimiento facial en una remota provincia de una manera tan extensa que en cualquier momento puede saber la ubicación exacta de millones de personas.
La base de datos creada por la policía china fue descubierta en internet por Victor Gevers, un experto holandés en temas de ciberseguridad que la semana pasada publicó su hallazgo en Twitter.
La base de datos contenía la información en tiempo real de más de 2.5 millones de personas en el oeste de China, suministrada vía coordenadas de GPS. Al lado de cada persona había un recuadro con su nombre, fecha de nacimiento, empleos recientes y el último lugar donde estuvo, como por ejemplo en la mezquita, en el hotel, en el restaurante tal.
La revelación ofrece una vista de la extensa red de vigilancia que China ha impuesto en Xinjiang, una región remota en su mayoría poblada por la etnia musulmana uigur. Por toda el área las autoridades chinas han esparcido puestos de control vial y cámaras de seguridad, que al parecer hacen mucho más que grabar imágenes.
La base de datos hallada por Gevers al parecer desde hace tiempo registra los movimientos de cada persona gracias a la tecnología de reconocimiento facial, y procesa unas 6.7 millones de coordenadas en un espacio de 24 horas, dijo el experto.
El mecanismo ilustra cómo China está usando la tecnología de reconocimiento facial mucho más allá de los límites que serían aceptables en muchos otros países. La práctica además revela cómo las empresas tecnológicas pueden dejar información privada susceptible a la intrusión de agentes no autorizados.
Gevers descubrió que SenseNets, una compañía china de reconocimiento facial, había dejado la base de datos desprotegida durante meses, con lo cual cualquiera podía entrar y ver las direcciones, los números de cédula y otros datos de millones de personas. Después de ser alertada por Gevers, SenseNets bloqueó el acceso a la base de datos.
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“Este sistema estaba disponible a todo el mundo, cualquier persona pudo haber tenido acceso total a toda esa información”, declaró Gevers. El sistema, diseñado para mantener a un amplio sector de la población bajo control, "pudo haber sido corrompido por un niño de 12 años”.
La base de datos incluía los lugares más recientes visitados por un individuo particular, una información probablemente suministrada por vía de cámaras de vigilancia. El hecho de que la base de datos era transmitida vía streaming indica que estaba siendo constantemente actualizada con la ubicación de cada persona, dijo Gevers en entrevista con The Associated Press mediante un app del teléfono celular.
Gevers colocó en internet un gráfico mostrando que el 54.9 por ciento de los individuos vigilados eran chinos de la etnia mayoritaria han. El 28.3 por ciento eran uigurs musulmanes y en 8.3 por ciento eran kazajos musulmanes.
mrf