Facebook permitió durante años que los niños gastaran dinero sin autorización de los padres en los juegos de su plataforma, según recogen los documentos internos hechos públicos a petición de la organización sin ánimo de lucro The Center of Investigative Reporting.
Más de 135 documentos internos, entre memorandos, estrategias y correos electrónicos de empleados, recogen las prácticas realizadas por Facebook para que los usuarios menores de la red social acabaran gastando dinero, muchas veces sin ser conscientes de ello, en juegos como Angry Birds o Ninja Saga.
El portal Reveal from the Center of Investigative Reporting recoge que desde la red social se animaba a los desarrolladores de juegos a incentivar las compras dentro de la aplicación y que no se pusieron medidas para que estas transacciones requirieran la autorización de los padres. Los trabajadores eran conscientes de estas prácticas e incluso llegaron a desarrollar herramientas que lo previnieran, pero no se llegaron a implementar.
La organización cita como ejemplo el caso de un adolescente de 15 años, que llegó a gastar seis mil 500 dólares (123 mil 378 pesos) en dos semanas, sin percatase de ello. Casos como este eran considerados ballenas, un término recogido de los casinos y aplicado a los que más dinero gastaban. Esto ocurría porque los menores creían que el dinero era virtual o no sabían que la tarjeta de sus familiares estaba enlazada al perfil de Facebook
Detrás de estas prácticas estarían los beneficios que reportaban a Facebook, según denuncia la organización con base en los documentos internos. Los archivos se incluyen en una demanda colectiva contra la red social iniciada en 2012, que afirma que Facebook se había beneficiado de transacciones comerciales con niños, ganando entre 2008 y 2014 unos 34 millones de dólares.
La Juez del Tribunal del Distrito de los Estados Unidos Beth Freem ordenó a Facebook la publicación de los documentos el pasado 14 de enero, siguiendo una petición de The Center of Investigative Reporting. La compañía hizo públicos parte de los documentos, que datan de 2010 a 2014.
En estos documentos se recoge que la red social almacenaba los datos de las tarjetas de crédito de los padres sin que estos lo supieran, y que para realizar las compras dentro de los juegos no se pedía introducir ningún tipo de verificación. Además, en la demanda de señala que Facebook a menudo no enviaba recibos de estas compras y los enlaces en el sitio para reclamar dichos cargos no funcionaban.
Por su parte, en un comunicado a la organización, la compañía tecnológica aseguró que "examinamos de forma rutinaria nuestras propias prácticas y en 2016 acordamos actualizar nuestros términos y proporcionar recursos dedicados para solicitudes de reembolso relacionadas con las compras realizadas por menores en Facebook".
RL