El robot, un busto tridimensional con la proyección de una cara de rasgos humanos, recurre a la familiaridad adquirida recientemente con asistentes de voz como Siri y Alexa, para alentarnos a interactuar con él como si fuera una persona, que recoge nuestras señales para lograr un buen entendimiento.
Sin embargo, precisamente porque no es humano y, por lo tanto, no tiene prejuicios, el robot puede alentar a las personas a participar de forma más sincera, según su creador, lo que hace que sea útil en situaciones en las que las personas mienten con frecuencia, por ejemplo en los chequeos médicos.
"Hemos visto investigaciones que muestran que en ciertas situaciones las personas se sienten más cómodas abriéndose y hablando sobre problemas difíciles con un robot que con un humano", dijo Samer Al Moubayed, presidente ejecutivo de Furhat Robotics.
Eso se debe a que la personalidad de un robot puede hacer de espejo de la personalidad de la persona que interactúa con él y también porque la gente no se siente juzgada, agregó.
El robot ha sido utilizado en el aeropuerto de Frankfurt como conserje políglota, ayudando a los viajeros a encontrar su camino, y también para formación en atención al cliente, por ejemplo, simulando compradores iracundos.
La firma de ciencia y tecnología Merck y Furhat Robotics presentaron el robot en Estocolmo que preguntará a las personas sobre su salud y estilo de vida y los evaluará en busca de riesgos de diabetes, alcoholismo e hipotiroidismo. Si es necesario, el robot les recomendará que se realicen un análisis de sangre o acudan a un médico.
"Cada robot necesita una personalidad diferente dependiendo del trabajo que va a hacer", dijo Moubayed. Furhat puede ser masculino o femenino, anciano o joven, gracioso o serio.
mrf