La polémica ley que obliga a los operadores de telefonía a grabar y almacenar durante seis meses todas las conversaciones de sus ciudadanos entró en vigor hoy en Rusia.
A partir del próximo 1 de octubre, la aplicación de la ley se extenderá a los operadores de internet, que deberán guardar durante medio año todo el tráfico de internet de usuarios privados (mensajes escritos y de voz, fotos, vídeos, etcétera) difundido durante los últimos 30 días.
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La ley, muy criticada tanto por operadores como por usuarios, fue promulgada hace dos años dentro de un paquete de reformas legales con el pretexto de la lucha antiterrorista.
Las compañías de telefonía móvil y los proveedores de internet afectados (redes sociales, servicios de mensajería e incluso tiendas de compra en línea, entre otros), han advertido que poner en práctica la normativa costará decenas de miles de millones de dólares.
Todos los cálculos pueden quedarse cortos en un país de 145 millones de habitantes, porque es ingente la cantidad de datos que deberán guardar los operadores, incluidos mensajes de texto, grabaciones de audio y vídeo.
En el marco de la misma normativa —conocida como le Ley Yarovaya por el apellido de la diputada Irina Yarovaya que la impulsó— las autoridades de este país han prohibido el funcionamiento en Rusia del servicio de mensajería Telegram.
La ley exige a todos los servicios de mensajería entregar las claves para descifrar los mensajes de sus usuarios, pero Telegram se ha negado a hacerlo.
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La justicia rusa prohibió el funcionamiento de Telegram el pasado abril y, días después, el regulador ruso de las comunicaciones, Roskomnadzor, desplegó una amplia campaña para bloquear todos los servidores en los que se ha ido refugiando el servicio de mensajería en su empeño de seguir funcionando en Rusia.
El empresario ruso Pavel Dúrov, creador de Telegram, que reside en el Reino Unido, ha puesto en marcha una contraofensiva para eludir el bloqueo con medios que no precisan de la intervención de los usuarios, para lo cual ha contratado direcciones IP en las nubes de Google y Amazon.
La guerra entre Roskomnadzor y Telegram perjudicó a millones de usuarios y a decenas de grandes compañías de internet, como Google, Apple y Amazon, en las primeras semanas en las que el regulador ruso intentó bloquear el servicio de mensajería.
Pero pese a todos sus esfuerzos, el servicio ha seguido funcionando sin problemas en Rusia, al menos hasta ahora.
AG