Samsung le dio 'vida' a la Mona Lisa usando 'deepfakes'

Científicos lograron que Salvador Dalí, Marilyn Monroe, Albert Einsten e incluso la Mona Lisa gesticulen y muevan la boca como si hubieran sido grabados en video

Esta tecnología usualmente se usa para crear videos falsos. (Samsung)
El Mundo MX
Ciudad de México /

Un grupo de investigadores del centro de inteligencia artificial de Samsung en Moscú desarrolló un algoritmo que anima fotos y cuadros famosos para convertirlos en vídeos muy creíbles usando la tecnología de deepfakes.

Samsung logró que Salvador Dalí, Marilyn Monroe, Albert Einsten e incluso la mismísima Mona Lisa gesticulen y muevan la boca como si hubieran sido grabados en video en lugar de ser retratados en fotografía o, en el caso de la última, al óleo.

El efecto se consigue por una técnica ya conocida en el desarrollo de deepfakes, esto es, falsos videos que imitan a personas de carne y hueso y que pasan por auténticos pese a haber sido construidos desde cero sin la necesidad de una intervención humana directa.

Y aunque recientemente se han utilizado para recrear falsos discursos de políticos como Barack Obama o Vladimir Putin o incluso para crear falsas películas pornográficas a partir del rostro de actrices de Hollywood, esta tecnología puede usarse para fines más "inocentes" como devolver a la vida a figuras históricas.

Lo que hace especial el método desarrollado por Samsung es que sólo utiliza una foto de referencia en lugar de las decenas o cientos que han utilizado en el pasado otras redes neuronales.

Su inteligencia artificial sabe cómo interpretar los rostros "planos" de una imagen estática y darles profundidad y animarlos de forma creíble, si bien para aprender a hacer eso necesitó una gran base de datos de bustos parlantes para saber cómo se mueven ojos, boca y resto de facciones faciales.

Poder animar los rostros de personas ya fallecidas implica bastantes problemas, no sólo de derechos de imagen en algunos casos, sino por el simple uso del rostro de una persona que ya no está viva.

Pero en el caso de personas que aún están entre nosotros, el problema es incluso peor. ¿Cómo fiarse de un video de Donald Trump alabando a China si de pronto no sólo es posible imitar su voz, sino también recrear con suma facilidad su cara?

En la era de las fake news, estos deepfakes plantean tantos problemas como posibles aplicaciones pueda tener una tecnología que recrea fácilmente rostros humanos.


RL

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