¿Usted es de los mexicanos que se pueden permitir contratar servicios de limpieza doméstica? Si es así, entra en un grupo poblacional que no es fácil de definir pero que se le denomina genéricamente “clase media urbana”, es decir aquellas familias que tienen ingresos que parten de los 10 mil pesos y que pueden alcanzar el tope de hasta 48 mil 330 pesos al mes, lo cual en teoría les permitiría acudir a gente que apoye en las labores del hogar con cierta regularidad, digamos una vez a la semana o a la quincena.
Como Víctor Paredón, un soltero de 40 años que organizó una reunión con sus colegas en un departamento de la colonia Irrigación, al norte de la Ciudad de México.
Contactó con una ‘app’, la cual le envió a una trabajadora que, con todo tipo de instrumentos de limpieza, acudió desde temprano hasta poco antes de la comida; dejó listos los pisos, muebles, baños y cristalería antes de que llegara el grueso de los invitados.
Víctor no conocía a la trabajadora, pero quedó muy conforme con el trabajo:
"Es una persona que mandaron los de Aliada", dijo Paredón a modo de explicación a alguien que llegó temprano y que no había escuchado nada de esa empresa.
Los expertos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a través de su Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares admiten que definir a la clase media no sólo involucra lo socioeconómico, “sino también lo sociocultural”, lo que hace complicada una caracterización precisa; no obstante, en números gruesos un 42.2 por ciento de los hogares en México serían clasemedieros, es decir unos 15 millones, dado que en total hay alrededor de 35 millones de familias en el país.
De esos, sólo una quinta parte manifiesta utilizar servicio doméstico. Así, serían tres millones de hogares principalmente en Ciudad de México, Jalisco, Baja California y Baja California Sur, Querétaro, Sonora, Nuevo León, Colima y algunas otras urbes los que podrían tener en sus casas a gente especialista en limpieza.
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Que no cunda el pánico: Homeley y Aliada
Ella comprende como pocos la necesidad de contar con este servicio y lo urgente que era dotar de trato justo y digno a quienes lo realizan.
Melina Cruz Villafaña, graduada en Administración y también en Finanzas por el ITAM, junto con su socio Édgar Tello Miranda, desarrollaron en 2016 una iniciativa llamada Jelp Me!, donde un alto nivel de tecnología y el buen trato laboral eran ingredientes fundamentales.
La idea de los socios era asumir el desafío de no únicamente construir una red de personas dispuestas a trabajar en la limpieza, sino de dignificar la industria con salarios justos, algunas prestaciones, distancias más cortas para quienes se emplean y la certeza de un pago puntual.
Su mercado ellos lo calcularon en cinco millones de hogares, familiares y unipersonales, con un ingreso de alrededor de 20 mil pesos. La fuerza laboral potencial es enorme, si atendemos los cálculos del Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar: poco más de dos millones de personas se dedican a ello, casi siempre en condiciones de desventaja.
Aún con el nombre inicial del emprendimiento, que tuvieron que cambiar por regulaciones de competencia, los socios llevaron su proyecto al programa Shark Tank; en él creyeron dos ‘tiburones’, entre ellos el recién fallecido empresario Carlos Bremer.
Posteriormente fueron apoyados por la desarrolladora para mujeres emprendedoras Victoria147, y como su idea generó entusiasmo, fue incluida entre las empresas que sí hacen la diferencia en el índice de A favor de lo Mejor, institución que busca proyectar las acciones positivas para la población.
Melina y Édgar cambiaron el nombre de la compañía por Homely, pero llegó la pandemia en 2020 y aprendieron a ser flexibles para no cerrar: la desinfección de espacios les dio una oportunidad insospechada, más allá del trabajo en los hogares que se mantuvo con muchos problemas.
Tan bien salieron del rudo trance que experimentaron, que en noviembre de 2021 compraron a su mayor competencia en la digitalización de los servicios de limpieza a domicilio: Aliada, fundada en 2014.
Con el músculo y expertise de las dos empresas, los socios exploraron más allá de los nichos de limpieza a casas y oficinas tradicionales, y encontraron que los espacios compartidos. coworking, los centros de bienestar, wellness, de ejercitación, fitness, además de los administradores de propiedades en plataformas como Airbnb, entienden que el servicio de limpieza es parte clave del servicio que ellos ofrecen a sus clientes.
Melina Cruz explica a MILENIO que su oferta es fundamental para “estos gestores de propiedades que rentan los espacios vacacionales, de corta estancia, y también para el segmento de vivienda de rentas de larga estancia, para los famosos nómadas digitales, que vienen a la Ciudad de México y se quedan durante meses”.
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¿Cómo funcionan los ‘keepers’ y aliadas?
Sus clientes, ya se dijo, suelen ser personas que viven en ciudades; contratan los servicios que requieren desde la plataforma o ‘app’ seleccionando el día, la hora y las horas de duración de la limpieza, ya sea para un servicio único o en un plan mensual o semanal. La mayoría de quienes van a esos hogares suelen ser mujeres, pero crece el número de hombres sobre todo para limpiar los espacios de empresas.
Para Homely los clientes habituales son los que requieren de un servicio único y exprés, para un evento específico. “La mayoría son hombres solteros que salen de su casa y dejan cajas de pizza tiradas, trastos sucios, pero que regresan por la tarde y su casa huele a lavanda… les parece mágica la experiencia”, sonríe Cruz Villafaña cuando explica la función de los keepers, como les llaman a la gente empleada.
En el caso de las personas que atiende Aliada, el perfil es diferente. “Son mujeres que están en una transición, a lo mejor recién casadas, o con un primer bebé”, dice Melina, “son hogares de estilo familiar, una relación paternal, con dos o más miembros, muchas veces casados”. Las aliadas acuden a apoyar a esas familias con más regularidad, una o más veces a la semana.
Estas empresas no suelen atender a personas o familias de nivel socioeconómico alto, que según Inegi se le caracteriza por tener ingresos promedio de 78 mil pesos mensuales. “Todavía no cubrimos este segmento porque casi siempre necesitan a alguien ocho horas de lunes a sábado, alguien de planta”, explica Cruz.
Las personas contratadas o vinculadas con las plataformas, si el o la empleada lo deciden, su servicio incluirá cuotas del Seguro Social, pueden partir de un costo mensual de 13 mil 814 pesos en caso de trabajar con frecuencia en oficinas.
Quienes laboran para “usuarios finales” en casas y departamentos, pueden tasar su labor a un precio más alto.
“Les damos empoderamiento, les decimos ‘esto es lo mínimo que deberías ganar por hora de servicio’, y ya las aliadas pueden decidir. Hay superaliadas con altas calificaciones y el cliente y ellas ven si les conviene. Puede ser mínimo tres horas, a 150 pesos cada una, y nosotros cobramos una comisión”.
Son cifras que pueden exceder fácilmente el salario mínimo general, que ronda los 248 pesos diarios en el grueso del territorio nacional. Además, se les recomienda a los keepers y las aliadas no hacer mandados al mercado o al súper, ni actuar como personal de enfermería.
A la fecha Melina y su socio calculan dar trabajo a mil 300 personas. A través de Homely se aliaron estratégicamente con una empresa semejante en Colombia, Hogarú, y en la mira está el seguir creciendo sin abandonar la filosofía de inclusión financiera, fiscal y tecnológica, en una plataforma donde las y los trabajadores pueden gestionar sus ingresos mediante una economía en internet.
Este enfoque es importante en un país con severos retrasos en el reconocimiento del trabajo doméstico. El Centro de Apoyo y Capacitación para las Empleadas del Hogar (CACEH) sugiere que, dependiendo de la actividad realizada, el pago por día debería fijarse entre 400 y 600 pesos al día, mientras que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos estableció que en 2024, por día, una trabajadora del hogar debe recibir un sueldo diario de apenas 270 pesos, y en la frontera norte, de 374 pesos.
MO