La embarcación estaba relacionada con una red criminal con base en Torremolinos, España, con conexiones en Dinamarca y vínculos con cárteles sudamericanos.

Una ONG reportó que la Unión Europea intervino para capturar y deportar migrantes en lugar de socorrer vidas en peligro.

Buscan colaborar en temas de mantenimiento offshore, logística de plataformas y servicios medioambientales.

Paralelamente, la Subsecretaría de Marina emitió un aviso de emergencia por otra embarcación, Adriana, desaparecida tras zarpar de Seybaplaya el 28 de marzo.

No se registró riesgo de contaminación, ya que el remolcador no almacenaba combustible.

Mensualmente la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios aplica los protocolos sanitarios en 230 embarcaciones que llegan a aguas tamaulipecas, como la embarcación con bandera de Liberia que llegó con 102 tripulantes a bordo.

Sea Sheperd Conservation Society ayuda a la autoridades del país con dos embarcaciones que remueven las redes en las que quedan atrapados estos animales.

Algunos pasajeros cayeron al mar mientras la embarcación navegaba sin control.

Las exfragatas ya habían causado baja desde 2017 y se encuentran en proceso de desmantelamiento.

La embarcación quedó varada al sur de Cozumel, luego de una falle en el motor.