Cuenta la leyenda que mientras Dios repartía los tesoros de la creación, una canasta se le cayó en la tierra donde hoy es Nombre de Dios, uno de losPueblos Mágicos de Durango.
Gracias a este milagro accidental, ahí comenzó a crecer el agave duranguensis o cenizo del que se extrae uno de los más deliciosos mezcales de México con sabor inconfundible, recio y delicado al mismo tiempo que le permitió ganar la denominación de origen.
Lugar de encanto, con una gran variedad de templos encabezados por el de San Francisco, construido en 1719 y ahora protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Testimonio de la gran riqueza arquitectónica y religiosa de Nombre de Dios son templos como el de San Pedro Apóstol que terminó de construirse en 1790 y aún conserva su fachada original; la Capilla de Nuestra Señora de la Natividad de estilo neogótico. En esta última, se encuentra la imagen más antigua de la Virgen de la Soledad del estado de Durango y del norte de Zacatecas; así como el Templo de Jesús Nazareno data del siglo XVII, cuya portada es la más antigua de Durango, en su interior resaltan el Cristo de la Buena Muerte, el Árbol de la Vida y la figura de Santiago Apóstol al que los fieles le regalan ropa.
Los fines de semana encontrarás varias actividades turísticas y culturales que te permitirán conocer los atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes y la cotidianidad que emanan de este lugar en el que comenzó la historia del Estado de Durango hace más de 455 años.
Con información de Pueblos Mágicos visitdurango.com