Por José Elías
Puntual a la cita, Rubén Romo Trujillo llegó al campo de sandías a su cuidado en Hermosillo Costa. Eran las 10 de la mañana cuando el ingeniero agrónomo por la Universidad de Sonora bajó de su camioneta blanca, entre 500 hectáreas de tierra fértil que pertenecen a Agrícola Cactus.
La gran ventana de competencia de Rubén Romo es la innovación. “Siempre el logro importante es el que viene adelante”, refiere el agricultor con 29 años de experiencia que ha incursionado en la producción de sandías injertadas, produce su propia composta y utiliza técnicas de vanguardia en la obtención de la mejor calidad en hortalizas y uvas de mesa de los tipos Perlette, Superior, Red Globe, Flame y Autumn Royal.
Perfil.Rubén Romo.
“Mi trabajo es la gerencia de producción, pero soy parte de un equipo donde tenemos gente experta en inocuidad, ventas, calidad, administración y certificaciones”.
“Para que la gente de la ciudad que ve nuestros productos solo en los anaqueles de los supermercados, es importante que sepan cómo llegan esos vegetales y frutas hasta ahí. Primero seleccionamos la semilla con la mejor calidad, la que llevamos a un vivero para que germine y tengamos la plántula. Esa pequeña plantita, se siembra para después acercarle de cuatro a seis colmenas por hectárea que la polinizarán, como lo hace la naturaleza desde siempre”.
El hombre de discurso breve y puntual nos explica que después de que la planta fructifica, hay que hacerle las pruebas necesarias para cumplir con normas de exportación, que son muy demandantes. A continuación los distribuidores transportarán los productos hasta las centrales de abastos o a los mercados para su consumo.
Rubén Romo es originario de Ures, Sonora que es una de las ciudades más antiguas del centro del estado, conocida como “la Atenas de Sonora” por ser cuna de artistas, periodistas y profesores, como Enrique Quijada Parra o la profesora Catalina L. Viuda de Salcido, entre otros.
Cuando era niño, el ingeniero Romo aprendió lo básico de la siembra en la milpa de sus padres; “de ellos aprendí, sobre todo, la honestidad, el gusto por trabajar duro y hacer las cosas bien”. Actualmente el agrónomo tiene bajo su mando hasta 1,200 personas en temporada de cosecha, donde se producen 40,000 toneladas de sandía al año, 250 de nuez y aproximadamente 600,000 cajas de uvas de mesa con 8 kilos cada una.
El agrónomo nos comparte que “los agroquímicos son los que nos ayudan a tener las plantas libres de plagas y enfermedades. Hay fertilizantes por riego, los cuales se aplican en las hojas, que son el alimento de nuestras plantas. Hay insecticidas que previenen gusanos y plagas; fungicidas que nos ayudan en caso de hongos”.
Romo explica que es muy importante estar actualizado tanto en las normas como en nuevas técnicas, descubrimientos y experimentos referentes a su profesión, pues al tener productos de exportación, “estamos obligados a compartir lo que hemos logrado y a aprender de los demás con humildad”.
Su familia, compuesta por su esposa y sus hijas, es el motivo más grande para compartir la satisfacción en su trabajo, dice Rubén Romo en un asomo emotivo; “me siento muy satisfecho de lo hecho en toda mi vida porque ha sido paso tras paso”.
El ingeniero observa las sandías a nuestro alrededor, elige una de volumen considerable y la parte con un cuchillo que sacó de la cabina de su camioneta. Era la primera vez que yo vi una sandía sin semilla, literalmente mostró solo la pulpa roja y basta sin recato. El calor en ese momento de la mañana todavía no ofrecía dificultad alguna, pero compartir un bocado de sandía dulce, muy jugosa y de textura agradabilísima fue un placer de gusto, olfato y tacto para los que ahí estábamos reunidos. Rubén Romo nos recordó el gran aporte de agua y de vitamina A, orgulloso del fruto compartido.
En Agrícola Cactus cuentan con las certificaciones GLOBAL G.A.P. sobre las buenas prácticas agrícolas conforme a normas internacionales con los mínimos impactos internacionales, México Calidad Suprema, normas aplicadas específicamente para cada fruta u hortaliza; Tesco, una auditoría para el aseguramiento de las mejores prácticas agrícolas; C-TPat,una iniciativa antiterrorista de la Aduana de los Estados Unidos de Norteamérica que audita la seguridad física de las instalaciones, contenedores y remolques, así como la seguridad del personal, procesos y la tecnología informática empleada. SENASICA (SRRC) es un distintivo otorgado por la SAGARPA que es una garantía que los productos se producen y procesan en óptimas condiciones sanitarias.
Para terminar la charla, el ingeniero Romo nos dice de la importancia de la inocuidad en su campo; es un hecho que para acceder a ese lugar, revisaron nuestra identidad en identificaciones oficiales, nos compartieron la importancia de siempre estar supervisados por el titular de la gerencia de producción, con quien teníamos la entrevista, y de cuidar sobre todo plantas frutos y colmenas que están repartidas estratégicamente solo en los espacios donde se está realizando la polinización.
“Los agroquímicos son los que nos ayudan a tener las plantas libres de plagas y enfermedades”.
Inocuidad, para que sea entendido por todos, es evitar la contaminación, evitar el daño. “La palabra inocuidad encierra todos aquellos procesos de buenas prácticas en campo y mar para evitar que los alimentos dañen nuestra salud a través de plagas y enfermedades.” Fuente SAGARPA.
Experimentemos, pues, el agradecimiento para toda la gente, las familias, los profesionales, los climas, las abejas, los cuidados, los agroquímicos, las curas y la gran oportunidad que tenemos cada vez que compartimos alimentos en la mesa de nuestra casa con nuestra familia.