Asti, toma su nombre de la ciudad homónima, ubicada en la región de Piamonte de Italia. Y además de haber sido durante años, el hogar de Moscato Bianco, también produce el vino espumoso Asti; uno de los más famosos vinos de Italia.
Originalmente era conocido con el nombre de vino espumoso Asti, hasta que después de recibir la Denominación de Origen Controlada y Garantizada (DOCG) empezó a llamarse Asti. Este vino es fácil de beber y su sabor dulce es el resultado de los altos niveles de azúcares que se encuentran en la variedad de uva moscato.
Proceso natural
El Asti se elabora con un método natural denominado Charmat (consiste en fermentar el vino dos veces). Esto quiere decir que no es gasificado químicamente, Este proceso natural hace que sea muy bueno y que alcance el dulzor perfecto, característico del Asti, dulzor que también lo adquiere de manera natural.
La calidad del Asti está garantizada por D.O.C.G, institución que se encarga de control y garantía de los vinos de denominación de origen. Pero el mejor aval de un Asti es su refrescante y suave sabor que será el cómplice perfecto para una ocasión especial.
Maridaje ideal
Su sabor dulce aromático, su olor afrutado, su baja graduación alcohólica, son características de este vino que acompaña los dulces y la pastelería de las fiestas, así como algunos tipos de fruta fresca o seca. El maridaje de los vinos dulces y semidulces es sencillo: solo debes prestar atención a las características del alimento (su grado de dulzor, de acidez, de grasa, etc.) e intentar que el sabor de este no anule al del vino y viceversa; ambos sabores deben complementarse.
El maridaje entre un vino espumante y comida depende de su estilo. Naturalmente un vino espumante es un excelente aperitivo; para toda ocasión, pero también marida muy bien con muchos tipos de alimentos, especialmente con los postres.
El vino espumoso de variedades dulces o semi secas es un acompañamiento perfecto para los postres a base de crema de mantequilla o natilla y en los que resalte la vainilla, sobre todo en aquellas recetas en los que la fruta sea protagonista. La personalidad de los espumosos es ideal para realzar el sabor de los frutos secos, como las nueces o las almendras, los frutos rojos, como fresas, frambuesas, grosellas y otras frutas del bosque, así mismo los expertos aconsejan acompañarlo con quesos suaves y cremosos, como el queso brie, el camembert o el mascarpone o el queso de cabra.
La clave del maridaje es la armonía, el equilibrio entre las características de nuestro plato y el vino, ninguno debe ser opacado por el otro, en cambio deben ayudarse expresarse. En el maridaje como en el baile cada paso en aromas o en sabores debe ser complementado por la pareja de forma que cree un ritmo y una experiencia perfecta. Te invitamos a probar, probar y ¡probar! porque la mejor forma de aprender de vino es experimentando. Explora y crea tus propios maridajes, pronto serás un experto.
RRR