Desde chofer, baterista, entrenador de osos y ahora cuidador de leones, leopardos y otros grandes felinos son algunos de los trabajos en los que Armando Jiménez Hernández ha tenido la oportunidad de desarrollarse, encontrando en cada uno de ellos, una oportunidad de cambio, de crecimiento, tanto en lo profesional, personal e incluso en lo espiritual.
Desde hace dos años, Armando es el encargado del área de felinos del Parque Ecológico Zacango y con una vibra especial atiende a poco más de 20 animales, entre leopardos, pumas, jaguares, leones; así como pequeños carnívoros como zorros, linces y mapaches.
Con más de 8 años de experiencia, Armando agradece que nunca ha tenido un incidente con estos animales, sino todo lo contrario, le han ayudado a encontrar un vínculo entre dos de sus pasiones: la música y el bienestar animal.
“El gran vínculo que encontré y que he vivido, es tener el corazón, la humildad y la sencillez para ejercer tu trabajo. La música es muy humilde, es muy sencilla y al estar con los animales te vuelves más sensible, tú sabes que para transmitir música tienes que tener mucha sensibilidad, tanto humana, como espiritual, ser una buena persona. Al momento de llegar aquí y trabajar con animales ese vínculo se hizo más fuerte, desde la humildad”.
Cambios a lo largo de su vida
Buscando cierta estabilidad y la seguridad de un empleo formal, Armando recuerda que llegó al Parque Ecológico Zacango hace 8 años y la primera área en la que se desempeñó fue en el cuidado de las aves, haciendo trabajos de limpieza y alimentación, entre otras; posteriormente, pasó a la zona de dietas del zoológico, con un trabajo constante por más de 9 meses; después pasó al área de bienestar animal, comenzando con la ambientación de distintos recintos, además de comenzar con tareas de entrenamientos con distintas especies.
El primer animal que tuvo a su cuidado fue “Noa”, un oso americano; luego se sumaron dos tigres blancos, tres osos americanos, además de “Quique” y “Baldomero”, dos inquietos osos de antifaz.
“En estos años me he hecho una persona más fuerte, que se adapta al cambio, llego a mi trabajo diariamente y salgo cansado, pero bien satisfecho de cada labor que se va haciendo, de cada actividad, valorando mi trabajo y las enseñanzas que me ha dado”.
Armando, el más chico de 8 hermanos, con una familia dedicada a la música, encontró en Zacango la fortuna de conocer qué es el bienestar animal y todo lo que implica, incluso su labor le ha permitido viajar a otros países.
Su trabajo, asegura, le abrió nuevas oportunidades, por ejemplo, como parte del proceso de acreditación anta la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos de Acuarios (ALPZA) pudo obtener una beca y viajar a Chile, compartiendo parte de su experiencia con trabajadores del Zoológico Buin, además de aprender distintos procesos que podrían aplicarse en la entidad.
Acreditación ALPZA
El Parque Ecológico Zacango es el único espacio de carácter estatal, en todo el país, que cuenta con la acreditación de la ALPZA, sólo cuatro centros tienen este documento y tres de ellos son privados.
- La acreditación ALPZA considera un conjunto de estándares que definen políticas y prácticas en áreas como: seguridad, bienestar animal, educación, conservación y sustentabilidad, áreas que son evaluadas para su mejoramiento.
Después de esta experiencia, “El Carnal” como lo conocen en el zoológico pasó a formar parte del área de crianza, y después se dedicó al cuidado de los felinos.
“Mi hora de entrada es a las 8:00 de la mañana, lo primero que hacemos es una revisión de los recintos, primero por fuera y luego por dentro; después se revisan los animales, que amanezcan bien, básicamente nosotros ya tenemos esa peculiaridad de conocerlos, saber dónde defecan, si comieron bien, si se encuentran enfermos o apáticos”.
Relación inigualable
Una de las mayores satisfacciones de Armando es el vínculo que ha logrado con los animales, ya que entre las tareas de limpieza, cuidado ha formado un lazo muy importante, pues incluso ya conocen su voz.
La relación que se ha creado es tan grande y de tanta confianza que los animales no están estresados, no tienen estereotipias, no están corriendo de un lado a otro; sino lo contrario siguen durmiendo mientras Armando realiza sus distintas actividades.
KVS