Un atún rojo se vendió este viernes por 114 millones de yenes (unos 787 mil dólares) en la tradicional primera subasta del año en la lonja de Toyosu, en Tokio, el cuarto precio más alto de su historia.
El precio abonado por el pez de 238 kilos fue tres veces mayor que el que se pagó el año pasado por un ejemplar de 212 kilos y que se vendió a 36.04 millones de yenes (unos 273 mil dólares).
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El de hoy supone el cuarto precio más alto desde que se mantienen registros en 1999 y la primera vez en cuatro años que se supera la barrera de los 100 millones de yenes (690 mil dólares).
Yamayuki, famosa intermediaria mayorista basada en Tokio, y la cadena Ginza Onodera, que tiene establecimientos en la capital nipona y sucursales China y Estados Unidos, hicieron la mayor puja conjunta para hacerse con el atún, capturado en aguas cercanas al puerto de Oma en la prefectura de Aomori (norte de Japón), donde se considera que nadan los mejores ejemplares del mundo para hacer sushi.
Este es el cuarto año consecutivo en el que las dos compañías optan por una puja conjunta para hacerse con el ejemplar.
"Me preocupaba por qué atún debíamos pujar, pero la frescura y el buen color fueron los factores decisivos. El atún y el sushi japoneses están atrayendo mucha atención de la gente de todo el mundo y esto motiva a los pescadores gracias a los altos precios que reciben", dijo Yukitaka Yamaguchi, presidente del mayorista Yamayuki, en declaraciones que reproduce la cadena estatal NHK.
Durante la subasta de hoy también se guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de magnitud 7,6 en la costa occidental del centro de Japón de este lunes y que ha dejado ya 92 muertos y 242 desaparecidos.
El récord en subasta de atún lo sigue ostentando un atún rojo que alcanzó los 333.6 millones de yenes (unos 2,52 millones de dólares) en la primera subasta de 2019, la primera que se celebró en Toyosu después de que la lonja fuera trasladada allí desde su anterior localización en el cercano barrio de Tsukiji.
En los últimos 15 años la primera subasta del año ha alcanzado cifras astronómicas por las mejores piezas porque muchos han visto en ella una oportunidad para generar una gran cantidad de atención mediática que compensa el enorme desembolso para hacerse con un producto considerado "hatsumono" (el primero de la temporada), que atrae mucho al consumidor japonés.
DAG